Plan B, la misma gata

El engendro de la reforma político-electoral elaborada y propuesta por el Ejecutivo en la Cámara de Diputados no logró ver la luz, ya que al partido del presidente, Morena, le fallaron los cálculos y fue incapaz de juntar los votos que necesitaba para sacarla adelante, y no solo porque no logró sumar a legisladores de la oposición, sino porque inclusive hubo rebelión en la granja con sus partidos satélites.

El aborto del codicioso proyecto de transformación del sistema electoral mexicano no ha frenado la insaciable hambre del habitante de Palacio Nacional por cambiar a modo las reglas electorales del país, por el contrario, por lo que ya dio la instrucción de dar paso al “plan B”, es decir, tomar otro sendero que lleve a la misma meta: hacerse de todo el poder.

La impotencia del presidente por no lograr que su reforma electoral pase y mucho menos convenza a los ciudadanos, lo han llevado a decir que la campaña para la defensa del Instituto Nacional Electoral es una “tomadura de pelo colectiva” y ha mandado a sus peones, comenzando por el propio secretario de Gobernación a que se haga cargo en el Congreso para que, aunque sea con leyes secundarias, se concreten los cambios para regresar al modelo electoral de los años 70 que le permita a su partido y por supuesto a él, concentrar todo el poder.

Sin pudor alguno el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, violentando abiertamente el ámbito del poder legislativo, ordenó a los legisladores de Morena que después de recibir el plan B del Ejecutivo -el cual consiste en cambiar leyes secundarias- sea aprobado vía del “fast track”, es decir, que se le dispensaran trámites y se someterá a discusión y votación del pleno.

A pesar de que el titular de Gobernación no ha comparecido ante la Cámara de Diputados, lo cual es su obligación, llama la atención que sí pudo presentarse a entregar el plan B y reunirse con los legisladores de Morena y sus aliados, en el Auditorio Aurora Jiménez del recinto legislativo. Con este acto que tiene como finalidad imponer la agenda de los diputados federales para minar la vida democrática del país.

Al puro estilo de los “gangsters” y de los “porros”, los morenistas en el poder generan caos, presionan e intentan someter a los legisladores bajo la consigna de aprobar, a como dé lugar, la propuesta del Ejecutivo.

Mientras que, como en otros tiempos criticara el hoy habitante de Palacio Nacional, el presidente ni ve ni oye a los ciudadanos, es de reconocer que los diputados de la oposición, hasta este momento, han resistido las embestidas del gobierno federal que han intentado doblarlos para así sumar a la causa del presidente.

Sin duda, la resistencia que han mostrado es porque han estado atentos y abiertos a la exigencia ciudadana de no ceder en materia democrática. Los legisladores de oposición hoy están haciendo eco de la voz ciudadana, de la exigencia del pueblo, por eso es importante que los mexicanos acompañemos a nuestros diputados para hacerles sentir que no están solos y que su obligación es representarnos a pesar de lo dura que sea la batalla.

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