La Coparmex propone, para 2021 y tomando en cuenta los efectos de la pandemia de COVID-19 en la economía, que el salario mínimo sea de entre 128.15 pesos y 135.83 pesos.
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) fue creada hace ya casi seis décadas, con la función de lograr que la mayoría de los mexicanos, y sobre todo quienes tienen menor poder económico, percibiera como pago por su trabajo al menos lo indispensable para mantenerse, mantener a su familia y vivir con dignidad.
Es sabido que, a lo largo de sus 58 años de vida, la función de la Conasami fue perdiendo vigencia, a punto tal que el llamado salario mínimo llegó a ser tan ridículamente bajo que se le dejó de considerar como tal y se convirtió en un mero parámetro para la aplicación de cuotas y multas.
En buena medida, ello obedeció a la incondicional alianza corrompida, prevaleciente por muchos años, entre los líderes de las llamadas “centrales obreras” y los gobernantes en turno, designados en línea directa por el anterior, y el anterior, y el anterior.
Contribuía también, hay que decirlo, la actitud de un sector empresarial menos preocupado por el bienestar de la gente que por su bienestar gremial.
Hoy, el panorama es diferente. Los empresarios han entendido que tienen una responsabilidad social que atender; que si bien la ética empresarial obliga a que sus organizaciones ganen dinero (de otro modo no se podría generar riqueza ni empleo), también tienen la obligación de ser solidarios con las mayorías en la búsqueda del bien común.
Con esa perspectiva, en los últimos años, el sector agrupado en la Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex, ha impulsado la recuperación del valor del salario mínimo, de común acuerdo con los sindicatos obreros y en el seno de la propia Conasami, que es un organismo tripartita.
En 2016, se dio el primer paso, al lograr el aumento histórico, que hizo pasar el ingreso mínimo diario de los trabajadores, de 73.04 pesos a 80.04 pesos, con vigencia desde el primer día del año siguiente, 2017.
Para 2018, Coparmex impulsó un incremento sustancial para colocar el salario mínimo en 95.24 pesos; sin embargo, solo se aprobó un aumento que colocó al salario mínimo general en los 88.36 pesos.
En 2019, se logró consolidar la propuesta de Coparmex y se llegó así a los 102.68 pesos, y el año siguiente, 2020, se alcanzaron los 123.22 pesos por día.
La Coparmex propone, para 2021 y tomando en cuenta los efectos de la pandemia de COVID-19 en la economía, que el salario mínimo sea de entre 128.15 pesos y 135.83, para no generar presiones adicionales a la economía, pero proteger el ingreso de quienes menos ganan.
En vista de que el gobierno federal ha ignorado las propuestas empresariales presentadas para apoyar a las familias mexicanas en el adverso contexto de la pandemia, no está de más insistir en la necesidad de que esta propuesta de incremento al salario mínimo sí merezca el respaldo de la parte gubernamental en la Conasami.
Esa sería, al menos, una muestra de que la percepción de que al gobierno no le importan los pobres, es errónea… ojalá.
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