Las revelaciones del Presupuesto 2025

En Mateo 6, 21 podemos leer “Porque donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón”, y si bien esta frase tiene un contexto más amplio en su carácter espiritual sirve también para iluminar el análisis del Paquete Económico que se presenta para el próximo año por parte del gobierno federal, pues estos cuatro documentos reflejan la verdadera visión gubernamental más que cualquier declaración.

Cabe señalar que desde el año pasado se perdió la sana costumbre de compartir en datos abiertos (consultables por cualquiera) todos los documentos del paquete económico para conocer todos los detalles, y el gobierno actual tampoco lo hizo. Esto merma los análisis previos, pero lo compartido en general prendió alarmas como el descubrimiento de los recortes a todas las universidades públicas, de lo cual ya se dijo que fue un error y que no ocurrirá; pero no se explicó cómo se corregirá. 

Este primer “malentendido” deja un pésimo sabor de boca que sólo se ha ido amargando entre más se conoce el presupuesto que intenta ser uno responsable en algunos aspectos, pero que el amor al populismo traiciona en otros. Es que el presupuesto busca ser un poco más responsable respecto al déficit, es decir, la parte del gasto que se financia con deuda que es menor que lo propuesto el año pasado, sigue siendo elevado y el costo financiero del pago de toda la deuda actual y por adquirir sigue siendo un peso importante. Además, y puede ser una buena noticia por lo pronto, pues no plantea ningún aumento generalizado de impuestos, apostando únicamente a la eficiencia del SAT para cobrar los impuestos actuales, pero lo que se puede leer como una mala notica para los contribuyentes cautivos que pueden esperar mayor acoso, presión y hasta persecución, sin mecanismos legales que pueden contrarrestar los posibles abusos.

Es que para creer que los ingresos por impuestos van a funcionar, se apalanca en una cifra de 3 por ciento de crecimiento económico, con inflación del 3.5 por ciento anual y tasa de interés en el 8 por ciento. En esas cifras no coincide casi ningún analista privado, que ponen por abajo el crecimiento y por encima interés e inflación. En este sentido, ya hay voces que hablan de que los aires que favorecían el crecimiento a través del anhelado nearshoring se han transformado en vientos huracanados pues la presidencia de Trump iniciará posiblemente con algún gran decreto o anuncio que afecte a México. 

Por otro lado, lo que resulta muy revelador para este presupuesto y que muestra el verdadero carácter populista de este gobierno es que todos los apoyos sociales (becas existentes y nuevas, pensiones para adultos mayores, etc.) son el gasto más oneroso de todos y el cual crece en 47 por ciento, lo que llega al 5.8 puntos del PIB. En el detalle se debe resaltar que sí hay contracciones en algunos como “la escuela es nuestra” o los apoyos a pesca (los más castigados), y eso también revelador porque no son asignaciones directas, no son “tangibles” para los receptores. También hay que señalar que el sector Salud es uno de los más castigados porque el IMSS Bienestar absorbe un incremento significativo, el conjunto de las asignaciones a la totalidad del sector bajan en 11 por ciento, lo cual es algo contradictorio pero otra vez es cae en gasto “intangible” para la generalidad de la población.

Asimismo, si el dominio del gasto en programas sociales sí bien si favorece en cierta medida (cada vez será menor si sube la inflación o si se presentan gastos por salud) a la economía familiar; esto no se traduce en el impulso al crecimiento económico. Éste sí se da cuando el gobierno de un país invierte en infraestructura, pues se crean empleos, se apoya a empresas y crece el pago de impuestos (el mayor ingreso propuesto es en ISR no en IVA, y el ISR sólo lo paga la economía formal, o sea empresas y asalariados). 

El gasto en proyectos prioritarios del gobierno actual será de sólo el 2.9 por ciento de todo el presupuesto, y de manera más absurda el 72 por ciento será a los trenes, que en ninguna parte del mundo son medios de transporte autosustentables, y son subsidiados siempre (y han sido foco de corrupción de la familia López Beltrán). O sea, lo poco que se invertirá que podría tener un impacto en el crecimiento de la economía será a un sector en el que nunca se recuperará la inversión y se deberá seguir invirtiendo en el futuro. Esto repite el esquema del sexenio pasado en que ninguna de las grandes inversiones (ni las menores como Mexicana o LitioMex) son rentables y requieren dinero público todavía. 

Finalmente, el Paquete Económico tiene hoy también una dimensión política que no se puede soslayar, puesto que si la titular del Ejecutivo logra como su antecesor que le aprueben todo sin moverle una coma (claro, acomodar los ajustes a las universidades públicas será la primera coma movida) o por lo menos en nada central, mostrará que no está totalmente subordinada al Legislativo (que responde a Palenque según algunos) y que tendrá “el tesoro” para mover el “corazón” de su gobierno con su propio liderazgo.

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*Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad del autor

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