La peligrosa apuesta de Movimiento Ciudadano

Desde hace varias semanas, se definió que 2024 será una elección para que por primera vez quede al frente del gobierno federal una mujer. Por ello, aunque este fin de semana en Movimiento Ciudadano se cerró el registro de precandidatos destacando la figura de Samuel García, gobernador con licencia de Nuevo León, que apunta a ser su abanderado, su entrada a la contienda no es para ganar, es sólo para meter ruido en favor de la desangelada abanderada del partido en el poder. 

Nacido como instituto político, se consolidó como partido político formal y aprobado en 1999 con el nombre de Convergencia por la Democracia, cambiado luego a Convergencia y en 2011 adoptaron el nombre de Movimiento Ciudadano. En estos años han tenido sólo 4 presidentes (el puesto lo llaman coordinador nacional, pero es el presidente del partido), y básicamente Dante Delgado Rennauro ha estado, como ahora, al frente. 

Movimiento Ciudadano nació como negocio político y si se ha consolidado como algo, es como un partido satélite o más precisamente partido parásito de los grandes contribuyendo a la ilusión de una pluralidad política. Por años, pero especialmente desde 2018, ha buscado mostrarse como una tercera vía inflando de manera artificial sus números reales a lo largo de 26 años de historia, además de que sus triunfos, salvo excepciones, siempre han sido en alianza con otros partidos, y su votación a nivel nacional, aun en sus mejores momentos, nunca se ha acercado ni al 10 por ciento del total nacional.

Desde entonces, solamente en dos elecciones intermedias ha ido solo en las nacionales (2002 y 2021), a nivel local ha ido selectivamente solo ganando puestos aislados, los más significativos son la gubernatura de Jalisco en 2018 y la de Nuevo León en 2021. Este partido apuesta a que los ciudadanos olviden que en resto de las elecciones siempre se ha amparado en la fuerza de otros y que en 2006 y 2012 postuló al actual titular del Ejecutivo, y que en 2018 iba en alianza con los restos del PRD y con PAN postulando a Ricardo Anaya. 

En la Cámara de Diputados tanto en la legislatura anterior (2018-2021) como en esta (2021-2023) es cuando ha tenido más representación. En 2018 tenía 24 diputados, pero prácticamente todos provenían de Jalisco donde ganó la gubernatura, y en varios de esos distritos que ganó iba en alianza con PAN y PRD. En la actual legislatura tienen cuatro más, es decir, 28; nuevamente la mayoría proviene de Jalisco, y no se replica el apoyo ciudadano en lo federal de Nuevo León, pues sí votaron por Samuel García, pero no apoyaron al partido para que los representara en la Cámara de Diputados.

En el Senado, hoy tienen 12 senadores, nuevamente su mejor representación, construida con la Alianza de PAN y PRD, y con algunas adiciones sobre la marcha. Como curiosidad, Dante Delgado su actual coordinador es senador y lo es Clemente Castañeda, el otro de los coordinadores que ha tenido este partido. Los otros que han estado al frente del partido han fallecido. En resumen, todos lo que han estado a la cabeza de MC y están vivos, hoy son senadores. 

La historia de Movimiento Ciudadano no es muy diferente de la del otro partido satélite por excelencia que es el Partido Verde, aunque si se ven números de ambos el Verde hasta antes de su morenización voluntaria —no fueron parte de los partidos que llevaron al poder al actual titular del Ejecutivo— era bastante más exitoso. Por ello, hoy Movimiento Ciudadano busca ocupar la posición de tercera vía con todavía más fuerza que en 2021, su argumento único para no ir con el Frente Amplio por México es que nunca pactarían con el PRI (Dante militó en PRI, fue diputado y fue gobernador interino de Veracruz por ese partido). Y aunque dicen que su lucha es contra Morena y que son los únicos que siempre han estado en contra de este partido, hay la clara sospecha de que por debajo de la mesa se la ha invitado a jugar ese papel para debilitar al Frente —considerando que en dos de las tres elecciones que se presentó López lo postularon pues no parecen tan lejanos en sus quereres—, y el apoyo abierto del titular del Ejecutivo a Samuel García parecen reforzar esa hipótesis.

Por semanas, se pensó que MC capturaría al descontento pero inseguro Marcelo Ebrard, sin embargo, en las últimas dos semanas fue que se aceleró la postulación de Samuel García, quien juró y juró que jamás dejaría su puesto a medio camino para buscar la presidencia, como había hecho su predecesor.

Este singular personaje se ve a sí mismo como el enfant terrible de la política nacional. Él lo interpreta en el sentido destacado y positivo del término, no en la traducción tal cual del francés que viene siendo “niño berrinchudo”. Desde su candidatura para gobernador y el ejercicio del poder han estado plagadas de superficialidades y de un poderosísimo apoyo de la habilidad mediática de su esposa, Mariana Rodríguez.

Se interpretaba que Marcelo Ebrard contaba con la personalidad para atraer a las clases medias que jugarán un papel fundamental en las próximas elecciones y esa era su fortaleza, pero iba a costarle trabajo separarse del peso de haber sido canciller y no es una figura mediáticamente fuerte. Es cierto que Samuel García está muy lejos de representar la historia de éxito personal y carrera hecha por sí misma que trae Xóchitl Gálvez y es el arquetipo de júnior que ha tenido la vida resuelta desde la infancia y que más por hobbie que por vocación decidió dedicarse a la política, sin embargo, es más joven que las otras dos candidatas.

Es muy probable que Movimiento Ciudadano (con Morena o no detrás) le esté apostando a los jóvenes clasemedieros, los cuales son en general poco proclives a la participación política. El registro de Samuel García acompañado por Mariana y la bebé de ambos no deja lugar a dudas que es lo que se venderá y cómo se hará. El papel de ella será en realidad más importante que el de él porque sólo a través de ella logrará colarse a una contienda con dos mujeres, y lavarse un poco el peso de ser un hijo de papi, puesto que ahora él es padre. 

Esta apuesta es un tiro muy lejano a la presidencia como tal, está diseñada para otra cosa: para ser esa tercera vía, para intentar atraer el voto joven y para que Sheinbaum no tenga que estar cara con Gálvez en un debate, y tener en ellas un personaje capaz de atraer reflectores con chistes y diluir el énfasis en propuestas que será la carta fuerte de Gálvez y así apostarle a que Sheinbaum siga con el movimiento inercial que parece es lo único que le queda. 

Esta apuesta no necesariamente será exitosa. Primero, porque las primeras imágenes de Mariana Rodríguez Cantú no traslucen ni medianamente el entusiasmo que su esposo desea; segundo, porque el uso mediático de la hija puede en estos tiempos no ser tan fructífero (el truco es demasiado obvio y está muy gastado); tercero, porque si hay una ciudadanía cuyas decisiones electorales no pueden ser trasladadas sin más la resto del país es la de Nuevo León —es el único estado que tuvo al Bronco un gobernador independiente (o sin partido en la postulación)—; y cuarto, además de su traición a su promesa de quedarse en el cargo, los resultados de su administración son bastante deficientes y eso podrá pesarle también.

En conclusión, hay que tener presente la historia de Movimiento Ciudadano que no lo avala como quiere hacer creer y como lo pone en su nombre como una opción verdaderamente ciudadana, su cercanía con quien hoy está en el poder ha sido bastante fuerte y hay que buscar que ese voto joven y clasemediero no caiga en ese el espejismo de Samuel o de Mariana.

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