Entre la contradicción, la sumisión y el ser mujer: Claudia Sheinbaum

El primero de octubre de 2024 quedará en las páginas de la historia por ser el inicio de la primera administración pública encabezada por una mujer, pero también es el primer sexenio en 90 años que inicia con la duda de si será bajo un liderazgo autónomo o sometido a lo que en los últimos seis años se ha vendido como una positiva transformación histórica, sin embargo, se ha vivido en la realidad institucional como un severo ataque a la democracia y a la división de poderes. El signo más claro es que la toma de protesta ocurre en medio del más severo conflicto con el poder judicial que se ha vivido en la historia.

El mensaje durante el acto protocolario da lugar a varias lecturas, pues como suele ser este tipo de discursos debe englobar una gran cantidad de temas. Lo dicho por la presidenta en primer lugar resalta por haber iniciado con un homenaje total a la figura de su predecesor colocándolo entre los más grandes de la historia, y citando que hace 19 años en ese mismo lugar había hablado del “fraude anticipado” que supuestamente se habría cometido en la elección del 2006. De esta manera, Sheinbaum sin ambages se sitúa como heredera del mito fundacional de la Cuarta Transformación que ella abraza ampliamente, aunque asumiendo como el “extra” que es mujer, y su cierre con un viva a la Cuarta Transformación y luego con Vivas a México dejan clara su postura, aunque su mensaje estuvo lleno de señales que por la falta de contundencia resultan un tanto ambiguas. 

El cuerpo del mensaje fue dominado por la idea de la continuidad de los apoyos sociales, incluso incluyendo nuevos a las mujeres de 60 a 64, más a todos los estudiantes de escuelas oficiales. Así mismo anunció nuevas preparatorias y universidades públicas. 

Destacó varias veces que la salud y la educación son derechos, no mercancías lo que puede ser una buena noticia si en verdad su gobierno tomará medidas efectivas para que esos derechos sean efectivos en el sector público; pero también podría indicar que se pondrán límites a la participación privada en ambos. 

Aunque hubo una clara intención de mostrarse más cercana a los privados, pues partes de su mensaje había una invitación a fomentar la inversión privada en otros sectores sin embargo saltan algunos puntos. Busca trabajar con los empresarios para continuar con el crecimiento del salario mínimo (a 2 y media canastas básicas), pero anuncia continuar con los controles de los precios de la canasta básica con acuerdos cupulares con los empresarios. Reiteró la importancia de T-MEC y de tratar de concretar el nearshoring, lo cual resulta positivo, aunque se manifestó que se prohibirá el maíz transgénico, lo que es fuente de tensión con Estados Unidos y se ha mostrado que al final no beneficia la producción nacional. 

En cuanto a la inversión pública en infraestructura el segundo piso continuará con inversiones tanto en el tren maya, como en otros destinos. Reiteró la importancia de las energías renovables y limpias, pero marcó la preponderancia de la industria energética estatal y en el mejor de los casos se mantendrá con 54 por ciento estatal y sólo 46 por ciento privado. Anunció cambios que dejarán “clara” la forma de participación de los privados.

El tema de la Reforma Judicial sí resulta un tanto preocupante pues la asume en su integridad, partiendo de una generalización de la corrupción en este poder como razón para los cambios, y falsea el discurso diciendo que una forma de democratizar a este poder y alejar de la figura presidencial los nombramientos, cuando al contrario, el control de su partido en el Legislativo como el dominio territorial a través de la cooptación de la población con los apoyos sociales le dan un control enorme, que no sólo va a los ministros sino que va toda la estructura del poder judicial. Y no se habló en ningún momento de que esto mejorará la impartición de justicia en sí.

En este mismo sentido, también falseó al afirmar que la transferencia de la Guardia Nacional a SEDENA no es militarización. Pero a la vez, acompaña esa intención de fortalecer en lo militar a la Guardia con otros tres ejes estratégicos bastante campechanos entre su antecesor y su propia actuación en la CDMX: atención a las causas, inteligencia e investigación, coordinación con estados, municipios y fiscalías. 

El cierre de su discurso en cuanto a las mujeres que en su persona “llegan” al poder resultó sin duda emotivo; pero hubo un gran silencio respecto a la unidad nacional, a la búsqueda de la reconciliación, no hubo mención a que gobernará para todos los mexicanos, y eso, resulta bastante preocupante porque si bien no hubo un ataque frontal a quienes no estén de acuerdo con ella o con su gobierno, el invisibilizarlos puede ser signo de un desprecio con consecuencias todavía más negativas para el país. Esperemos que esto no sea así, y que “el tiempo de mujeres” que reiteró sea en la realidad el tiempo de mexicanas y mexicanos por igual.

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*Las opiniones vertidas en este artículo son responsabilidad del autor

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