Estamos a unas semanas de la hora de la democracia. México reclama la participación consciente, responsable, informada e inteligente de todos los demócratas.
Entre las mil argucias que los partidarios del partido en el poder esgrimen para, según ellos, denunciar las campañas que consideran ilegítimas, destaca la queja en el sentido de que se promueve en las redes “el voto contra Morena”.
Victimizarse de esa manera, plantear la contienda como si se tratara de una lucha desleal, es un truco publicitario muy socorrido y que, por desgracia, suele calar hondo en la frágil conciencia de la gente poco racional, vulnerable desde el punto de vista sensible y superficial en lo analítico.
En ese entorno de “denuncia” y autovictimización, la gente de Morena protesta casi a gritos porque en diversos ambientes ciudadanos, y de manera especial en las redes sociales, se promueve con fuerza creciente el llamado “voto útil”, que permitirá equilibrar las fuerzas políticas en la Cámara de Diputados.
Se invita a cada persona, en primer término, a salir a votar el 6 de junio; a no quedarse en casa esperando que otros hagan la tarea que le corresponde como mexicano o mexicana, a ejercer su derecho y a asumir consecuentemente su obligación de elegir a sus gobernantes.
Además, se exhorta al electorado a votar en cada jurisdicción por el partido que, efectivamente, tenga más posibilidades reales de derrotar al partido en el poder. Pero lo que anima a esta campaña no es una simple lucha contra Morena; eso sería mezquino y estéril. No, la intención va mucho más allá.
Se trata de votar en favor de la democracia, no contra Morena, ni contra el inquilino de Palacio, ni contra la llamada “cuarta transformación”. No, nada de eso. No se promueve un “voto contra”, sino un “voto a favor”. A favor del equilibrio de poderes, a favor de la equidad política, a favor del compromiso ciudadano… en resumen, a favor de la democracia.
Y favorecer la democracia es imposible si el poder político se concentra en una sola corriente, por mayoritaria que haya resultado en las elecciones pasadas.
Por eso es tan importante la elección del próximo mes. Por eso será imperdonable la apatía, la desidia, la irresponsabilidad de quienes no voten.
Estamos a unas semanas de la hora de la democracia. México reclama la participación consciente, responsable, informada e inteligente de todos los demócratas, que somos mayoría. Sería imperdonable permitir que el resentimiento, los afanes vindicativos, el rencor social y el mesianismo se consoliden en México.
Imperdonable y, quizá, irreversible.
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