Desde la mañanera se ha abiertamente buscado exhibir a los OXXO como “ladrones” de impuestos y evasores de pagos a la CFE porque pagan menos de electricidad.
Desde el inicio del sexenio, quedó claro que el titular del Ejecutivo no tolera las críticas a sus proyectos y que no soporta la participación de la ciudadanía y de las organizaciones de la sociedad civil. Esos dos rasgos son de los más reveladores de carácter autoritario que ha pretendido imprimir a su gobierno.
A priori se ha acusado a todas las organizaciones de tener oscuros intereses o financiamientos cuestionables, o ambas cosas. No se distingue cuál es la misión de esas organizaciones, lo mismo se ha incluido a asociaciones que ayudan directamente a la población vulnerable como las redes de refugios a mujeres violentadas o que dan apoyo a grupos indígenas; que otras cuya misión atiende, desde antes de este sexenio, a la exigencia de transparencia, a la rendición de cuentas y al combate a la corrupción.
Todas entran en la sospecha y, peor aún, se ha buscado cortarles las alas limitando los recursos disponibles para que funcionen. Este año se cancelaron los pocos apoyos que todavía algunas de estas asociaciones recibían del gobierno y, además, se limitó el porcentaje que las personas físicas pueden deducir a través de donativos. Y, por supuesto, los recursos que se reciben del extranjero algunas organizaciones de la sociedad civil también han sido agriamente criticados y puestos bajo sospecha, aunque sean perfectamente legales y comunes en todos los países libres.
La conferencia mañanera se ha transformado en un tribunal desde donde se juzga como buenas o malas a las personas y a las organizaciones en la medida en la que apoyan o critican las acciones del gobierno. Además, la sección “Quién es quién en las mentiras de la semana” fue creada ex profeso para exhibir aquellas notas periodísticas que menos gusten en Palacio; pero ha llegado a atacar a personas que sus redes han expresado su opinión sobre temas relevantes. Al hacerlo desde la mañanera que tiene un alcance enorme y desde la autoridad presidencial el efecto es aún más grande.
A estos esquemas de ataque se unió el fin de semana el partido Morena donde directamente con nombre y apellido comenzó a denunciar como “lobbystas” (sic) a personas que a través de las redes se han opuesto a la Reforma Energética. Se trata a todas luces de un acto ilegal que está explícitamente prohibido por la normatividad que regula a los partidos políticos.
El ataque comenzó con un ciudadano que alguna vez trabajó en el gobierno de Calderón. No ha sido el único ciudadano que ha expresado en redes, especialmente, Twitter los daños que la reforma traerá en el futuro inmediato y a largo plazo a las personas y al desarrollo económico del país. Y no recibe pago por esas opiniones.
Después, Morena atacó al director general de FEMSA, empresa dueña de los OXXO. Desde la mañanera se ha abiertamente buscado exhibir a los OXXO como “ladrones” de impuestos y evasores de pagos a la CFE porque pagan menos de electricidad. En respuesta, se difundió un video donde se explica que se ha hecho una fuerte inversión en energías limpias que bajo los esquemas actuales permiten a los OXXO sí pagar menos; pero porque antes se invirtió. Además, esa inversión es benéfica para el medio ambiente, lo cual, también debe valorarse.
A este esfuerzo explicativo se han sumado grupos de la sociedad civil, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que han comenzado a difundir las razones por las que se debe rechazar la iniciativa presidencial para sumar a más ciudadanos a este rechazo y llevarlo a las Cámaras. Seguramente serán incluidos por Morena en sus ataques, los cuales, al ser ilegales es altamente probable que deriven en pleitos judiciales.
Por otra parte, el tema energético no ha sido el único donde asociaciones e individuos han alzado la voz. Ante la clara ineptitud de los funcionarios de la Secretaría de Salud frente a la pandemia, varios doctores y analistas de datos se han convertido en los faros que han alumbrado al gran público en estos tiempos oscuros. Al ser entrevistados en medios tradicionales han aumentado su alcance.
Los hilos de algunos expertos comentando los pormenores y fallas en el Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya también han sido comunes. Se han convertido en un contrapunto importante para evidenciar los errores que están costado muchísimo en recursos económicos, como humanos y medioambientales.
Como ya se decía, por el talante autoritario de titular del Ejecutivo y por provenir de la sociedad organizada, toda esa información y reacciones de rechazo a los proyectos del gobierno le molestan profundamente y, por ello, usa abusivamente del aparato del Estado y hasta de su partido para atacarlo en su persona. Se centra en atacarlos como personas porque no puede desmontar ni uno sólo de sus argumentos.
Por todo lo anterior, la presencia y repercusión del trabajo de estos ciudadanos y de las organizaciones de la sociedad civil que han logrado unir a muchos ciudadanos es una buena noticia, hay que defenderlos y apoyarlos. Mantener sus voces vigentes es una oportunidad para entrar en una nueva etapa donde la aportación de la ciudadanía sea determinante para el futuro de todos. Esas voces son un activo que bien usado será vital cuando en un par de años tengamos que iniciar la reconstrucción de este país.
En la siguiente etapa, se debe contar con la aportación de expertos, ojalá que los mejores de México y del mundo, en cada rama. Porque las consecuencias de creer que “gobernar es muy fácil”; de tener “colaboradores con el 90 % de (supuesta) honradez y 10% de capacidad” y de si se pone realmente difícil “llamen a un general con su tropa para que lo haga” nos están saliendo muy, pero muy caras.
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