De rosa a guinda

Se dice con una pizca de burla, pero mucho de verdad que pocas cosas muestran el nivel de civilidad de los mexicanos, especialmente en las grandes ciudades, como el paso del pago del pasaje desde lo más profundo de un microbús hasta el frente donde el chofer o su asistente lo reciben. La mano que extiende el dinero cuenta con muchos ojos que pasivamente van controlando el proceso al que nadie da mayor importancia, es algo cotidiano.

Esa misma sencilla pero efectiva confianza teníamos los mexicanos en el funcionamiento de ciertos organismos durante años, sobre todo aquellos que implicaban un alto nivel de especialización. Por supuesto, que algunos cargos tenían más carga política, y así se veía en el Poder Legislativo donde habría negociaciones entre las fracciones parlamentarias pero, salvo excepciones, sus designaciones se harían a partir de perfiles profesionalmente competentes.

La integración del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, junto con los de miembros de la Suprema Corte, era una donde la “negociación” entre fracciones era más evidente, más “aceptada” y por años sólo vigilada por el famoso círculo rojo y el resto de la población no le daba la mayor importancia, asumían que el “pasaje” llegaría a su destino sin que nadie se lo quedara.

Cabe recordar que en julio de 2020, es decir, ya en este sexenio, se había experimentado un proceso similar con poca controversia —la que se dio fue suscitada por el singular personaje que es John Ackerman y en ese momento era muy cercano al titular de Ejecutivo—, y bastante consenso en la Cámara de Diputados incluso entre las fuerzas de oposición. No que se tratara de perfiles con mucha distancia del partido en el poder, pero con suficiente currículum para ofrecer certeza de que su actuación no sería mayormente diferente a la de los anteriores consejeros que han llegado con un algún sesgo partidista. Los aplausos en ese momento se pueden leer o escuchar en varios videos, apostaban a que Morena más que a otros partidos le convenía un órgano electoral fuerte…

Pero las elecciones de 2021, más el constante fracaso en muchos frentes del actual gobierno, cambiaron las cosas profundamente. Por ello, entre otras cosas la inminente selección de los nuevos 4 consejeros electorales que se integrarán al Consejo General del INE a partir de abril, con una nueva consejera presidenta, está siendo totalmente diferente y sombras oscuras comprometen la eficacia de un proceso que siempre tuvo tientes políticos, pero que tenía garantías técnicas.

Los primeros daños se dieron con la selección del Comité técnico de evaluación, el cual es integrado por siete personas. Este comité tiene una gran importancia pues en sus manos queda la integración de cuatro quinquetas, de cada una de las cuales, saldrán los cuatro nombres de los nuevos consejeros electorales. Como su nombre lo indica su trabajo es asegurarse que los mejores perfiles lleguen ahí. La evaluación consiste primero en un examen escrito que se aplica a todos los aspirantes que cumplan con los mínimos requisitos, deben presentar además un ensayo y son entrevistados para seleccionar primero a 100 y de ahí las 4 listas de cinco personas. En esos comités siempre se tuvo gente competente y neutral por la forma en al que se integraban, hasta ahora.

Los dos integrantes propuestos por el Instituto Nacional de Acceso la Información (INAI) para este Comité, María Esther Azuela y Sergio López Ayón, cumplen cabalmente los requisitos. De parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se tuvo que echar para atrás una propuesta realmente inconveniente —su logro más destacado era en Yoga, así que era muy obvio que no sabía nada de lo electoral— , pero los que quedaron Ernesto Isunza Vera y Araceli Mondragón son más o menos adecuados. Los problemas más graves se dieron con los tres que fueron impuestos casi sin mediar negociación por Ignacio Mier, líder de Morena en la Cámara de Diputado donde usaron su mayoría simple. Uno de ellos, Enrique Galván Ochoa es un cercanísimo al titular del Ejecutivo y redactor de la llamada Constitución Moral. La segunda, Evangelina Hernández Duarte ha desarrollado su carrera al amparo de Morena y ocupaba un puesto en la Guardia Nacional antes de que fuera absorbida por las Fuerzas Armadas. El tercero, Andrés García Repper no cumplía los requisitos para ser parte de ese comité pues había sido representante legal de Morena.

Este último, según se ha revelado en algunas columnas y por algunos participantes en el examen, parece haber tenido acceso irregular al banco de preguntas que deberían resolver en el examen escrito los 508 aspirantes…  lo cual podría explicar por qué Bertha María Alcalde Luján, hermana de la secretaría del Trabajo e hija de la presidenta del Consejo General de Morena sacó el cuarto puntaje más alto, sin que su carrera previa avalara su formación en esta área.

El puntaje más alto fue el de Jaime Castañeda Salas, que se podría pensar que sí es fruto de su experiencia, pues era el representante de Morena en el mismo Consejo del INE, pero se sospecha que fue uno de los redactores del plan B…, quizá sea el plan L, por poner a Lutero al frente de la Iglesia.

El trabajo del comité no está terminado, pero es casi seguro que Bertha y Jaime remonten y queden en estas cuatro listas que pasarán a la Cámara de Diputados. Estas listas serán ahora más importantes que antes, porque sí existe la posibilidad de que queden muy cargadas con perfiles semejantes a los de Jaime y Bertha.

Eso reforzará el escenario que busca Morena, reventar la posibilidad de que haya acuerdos con la oposición. Y por primera vez en la historia no serán los votos de dos terceras partes de los diputados los que determinen quienes serán los cuatro consejeros sino el azar “controlado”, pues acabará con la insaculación en la Suprema Corte pero a partir de todos esos nombres escritos con tinta guinda… lo que pone en grave riesgo el rosa del INE.

Es hora de que los ciudadanos nos interesemos activamente en este proceso, que sí vigilemos lo que sucede porque alguien se quiere clavar del “pasaje” e impedir que llegue íntegro al conductor del microbús. Podemos seguir con cuidado las entrevistas que el Comité técnico hará a los 100 mejor evaluados las cuales se transmitirán por YouTube; mostremos nuestro interés en redes manifestando nuestro rechazo a esos perfiles cargadamente guinda que buscarán dinamitar por dentro al INE; presionemos a todos los diputados sin importar el partido y sigamos defendiendo #MiVotoNoSeToca porque es la base de nuestra libertad y nuestra democracia.

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