Es importante votar el próximo 6 de junio para lograr una democracia equitativa y representativa. Contra eso, contra la decisión inteligente y la fuerza ciudadana, no hay cortina de humo que funcione.
Mientras desde Palacio Nacional se echa carbón a la caldera de la división y se aceleran estrategias para ahogar el equilibrio de poderes, el fabricante de ilusiones refina su estrategia de distracción.
Así, surge como nuevo elemento estratégico la extensión por dos años del mandato de Arturo Zaldívar, que es una violación vulgar y ramplona a la ley y a la Constitución y, precisamente por eso, se erige en nueva cortina de humo que disimula las maniobras electoreras y el proselitismo embozado.
El punto es que, evidente como es, la arbitrariedad a la que se presta lastimosamente el magistrado Zaldívar no merece siquiera ser debatida. Pero se debate, de eso se encargan los defensores incondicionales del inquilino de Palacio.
De hecho, tampoco debería debatirse si el llamado “padrón telefónico” es un intento de violación de los derechos humanos, porque está a la vista. Sin embargo, se debate.
Se puede sumar aquí el concierto de berrinchitos que encabeza el impresentable Félix Salgado Macedonio, porque no tienen más fundamento que su ambición y porque su historia es su peor juez. No debiera discutirse el tema, pero se discute.
La lista puede ser tan amplia como anécdotas danzan en las redes sociales desde hace dos años: la cancelación del “Aeropuerto faraónico”, la rifa sin rifa del avión sin avión, la excarcelación de Elba Esther Gordillo, la emisión del “logotipo” del aeropuerto de Santa Lucía, la vacuna sin vacuna de un adulto mayor, las barberías de “Lord Molécula” y su colega el “Rayo de Luz”…
Y muchos ingenuos caen en la trampa.
Mientras todo esto se difunde y se discute con objetivos bizantinos y por tanto irrelevantes, la maquinaria para evitar que Morena pierda la sobrerrepresentación en el Congreso y lo mantenga sumiso a Palacio no se detiene.
Pero todo eso seguirá ocurriendo si –y solo si– los ciudadanos pensantes lo permiten. Si se dejan arrastrar por la manipulación publicitaria y las arengas lanzadas desde el púlpito mañanero y secundadas desde muchos sitios y se olvidan de lo esencial.
Lo esencial es actuar. Lo esencial es rescatar la democracia, lo esencial es lograr el equilibrio de poderes y la representación equitativa en el Legislativo. Lo esencial es no perder el foco.
Lo esencial, en una frase, es votar el próximo 6 de junio para lograr una democracia equitativa y representativa. Contra eso, contra la decisión inteligente y la fuerza ciudadana, no hay cortina de humo que funcione.
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