Una vuelta por el paraíso

Una vuelta por el paraíso

¿Te has imaginado lo maravilloso que puede ser el paraíso? Deja de soñar y sé parte de él, visita un lugar paradisíaco en el que además de descansar puedas disfrutar de las maravillas de la naturaleza que pueden ir desde disfrutar un hermoso cielo azulado o gozar del inmenso mar, estar inmerso en un verde bosque junto a un lago, o también escalar por una nevada montaña.



Lugares paradisiacos alrededor del mundo hay muchos uno de ellos son las Cataratas del Iguazú que se ubican en  la ciudad de Puerto Iguazú, al norte de la provincia de Misiones, Argentina. El río que las forma, también llamado Iguazú, nace en el estado de Paraná, en Brasil, y luego de recorrer unos 1,200 kilómetros por una meseta, absorbiendo el caudal de los afluentes que se topa en su camino, llega a un punto donde una falla geológica forma una grieta en la llanura.

El Parque Nacional Iguazú es un área protegida que conserva uno de los sitios de mayor riqueza biológica de Argentina y en esta zona se encuentra la mitad de las especies de aves registradas en el territorio argentino y la mayor diversidad de orquídeas del país sudamericano.

Existe una leyenda sobre este lugar en el que explica gran parte de la maravilla que se puede disfrutar en este paraíso. Se cuenta que en las márgenes del río Iguazú estaban habitadas por una tribu llamada Kaingang, que adoraban a M’Boi, el dios serpiente, hijo de Tupan. Ignob, el jefe de esta tribu, tenía una hija llamada Naípi que por su gran belleza sería consagrada al dios M’Boi, así que su destino era vivir solamente dedicada a su culto.

Cuenta la leyenda que hace muchos años, habitaba el río Iguazú, una enorme y monstruosa serpiente cuyo nombre era Boi. Los indígenas guaraníes debían una vez por año sacrificar una bella doncella y entregársela a Boi, arrojándola al río.

Para esta ceremonia se invitaba a todas las tribus guaraníes, aún a las que vivían más alejadas. Fue así que un año llego al frente de su tribu, un joven cacique cuyo nombre era Tarobá; el cual al conocer a la bella doncella india, que ese año estaba consagrada al sacrificio y cuyo nombre era Naipí, se reveló contra los ancianos de la tribu y en vano intentó convencerlos que no sacrificaran a Naipí.

Para salvarla sólo pensó en raptarla y la noche anterior al sacrificio cargó a Naipí en su canoa e intentó escapar por el río. Pero Boi que se había enterado de esto, se puso furiosa y su furia fue tal que encorvando su lomo partió el curso del río formando las cataratas, atrapó a Tarobá y a Naipí.

A él lo transformo en los árboles que hoy podemos ver en la parte superior de las cataratas y a la cabellera de la bella Naipí en la caída de las mismas. Luego se sumergió en la Garganta del Diablo, y desde ahí vigila que los amantes no vuelvan a unirse… pero, sin embargo, en días de pleno sol, el arco iris supera el poder de Boi y los une.

Para ser testigo de esta maravilla natural y del amor de Trobá y Naipí visita este lugar de Argentina, entra a www.dooddo.com y pregunta las mejores opciones para viajar a las Cataratas del Iguazú.

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