Que un mafioso, que ha violado la ley durante 50 años, ahora EXIJA (no solicite) que se aplique la ley en su favor para salvarle de un juicio en Estados Unidos, y que AMENACE al Estado mexicano, refleja hasta qué punto se dejó crecer el poder de los mafiosos de México que consolidaron su soberanía a través de la violencia, el chantaje y la corrupción de la política. Ese TONO empleado por el Mayo Zambada en su carta al gobierno de México, es la prueba más nítida de la manera como el crimen organizado ha estado sometiendo a las fuerzas del orden y a las del gobierno.
Esta muestra de poder y este desplante nos debe llevar a preguntarnos: ¿Se puede recuperar la legalidad y el orden de un país ante el creciente poder de los criminales?
Leoluca Orlando, cuatro veces alcalde de Palermo, Italia, enfrentó de manera exitosa el desafío del crimen organizado siciliano, y parte de su experiencia quedó plasmada en su libro “Hacia una cultura de la legalidad”, dondeescribe: “[…] los tribunales son solamente la línea de frente de la campaña contra la violencia y el desacato a la ley. El otro frente es la cultura (…) de alguna manera teníamos que inyectar anticuerpos inmunizadores a la cultura siciliana”.
Me parece que México hasta ahora, no sólo ha perdido la batalla de la ley, lo más grave, es que la narco cultura está implantándose ya en amplios segmentos de la sociedad mexicana. La batalla cultural también se está perdiendo.
La presidenta Claudia Sheinbaum le presumió a Donald Trump sobre la campaña mediática contra el fentanilo, como una novedad; sin embargo, las campañas en los medios de comunicación contra las drogas no son nuevas, y sus resultados son pobres. La narco cultura sigue avanzando. Es verdad que hay anti cuerpos en muchas familias mexicanas, pero estos valores han sido más producto de una cultura espiritual y religiosa basada en señalar límites éticos en casa, que aún persisten, pero que se han ido derrumbando ante una creciente cultura de lo efímero: “del úsese y tírese” llevado no sólo a las cosas sino a las personas.
Leoluca Orlando menciona el trabajo que hizo como gobernante en el ámbito cultural, estableciendo acciones en cuatro direcciones: 1. Los medios de comunicación, 2. La cultura, 3. La educación y, 4. El urbanismo. El objetivo común era crear una conciencia ciudadana cívica basada en el estado de derecho. Ha esto le llamó fortalecer los anticuerpos de la sociedad.
La condición es que la rueda de la cultura debe marchar al mismo tiempo que la rueda de la legalidad. Pero la rueda de la cultura es donde todos los sectores sociales participan: es la rueda de la escuela, de los empresarios, de la prensa, de la iglesia, en una palabra, es la rueda de la sociedad civil.
El desafío que ahora vive México sobre la estrategia marcada por el nuevo gobierno de Estados Unidos, también puede ser una oportunidad de fortalecer los anticuerpos de la sociedad. Y como Leoluca dice, eso significa llamar a los delitos por su nombre, porque evitar palabras, o matizar conceptos, para no ofender a los criminales, es una forma de sometimiento que se agrava cada día hasta que se captura al mismo Estado.
No basta lanzar una campaña publicitaria contra el consumo del fentanilo. Se requieren datos concretos para diseñar estrategias viables. Pero hasta ahora, en 13 estados, incluida la CDMX y el Estado de México, se ha dado a conocer que los servicios forenses carecen de capacidad para detectar específicamente el fentanilo como causa de muerte. Hay muchas regiones donde ya hay alarma creciente sobre el consumo de este narcótico, como los estados del norte. Me consta que, en algunas campañas electorales, los candidatos ya no oyen sólo demandas de seguridad y empleo, muchas familias piden centros de atención contra las drogas, porque se están convirtiendo en un grave problema en varias comunidades.
Plantear los problemas del crimen organizado en términos de soberanía o ideología, sólo nos va a conducir a un mayor desastre. Peor aún, dar pasos para defender a un criminal dará la señal, insisto, de hasta qué punto el gobierno de México ha renunciado a luchar contra el crimen y someterse a sus EXIGENNCIAS, una señal que quedaría en el imaginario colectivo como una muestra de debilidad, y en efecto, vendría un “colapso”, si, pero un colapso cultural, donde el alma mexicana quedaría herida por muchos años y sus consecuencias son inimaginables para la identidad nacional.
“La cultura hace al hombre algo más que un accidente del universo”.
André Malraux