Causas y efectos

Libramos más batallas contra los efectos que dañan la vida que contra las causas que las provocan. Así lo vemos en distintos frentes en el ámbito global, pero también a nivel local o en pequeñas comunidades humanas. Esta falsa batalla se da en fenómenos tan complejos como la migración y la violencia que sacuden distintas zonas del planeta, pero también las vemos en expresiones que circulan en el mundo de las redes sociales.

La migración ha sido la gran bandera de Donald Trump en las elecciones del 2024, poniendo énfasis en que muchos males que quejan a los Estados Unidos son producto de la migración ilegal que se ha descontrolado en el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris. La solución planteada, en los discursos de Trump, busca atender a los efectos de la migración en su territorio, pero no vemos en sus mensajes que se enfoque en las causas del fenómeno.

La migración está creciendo en todo el mundo. En Europa hay oleadas de árabes -musulmanes invadiendo París, Berlín, Roma o Londres. Lo que está despertando ya la indignación de muchos ciudadanos de aquellas regiones que, al igual que en EU, están reclamando a las autoridades que detengan esa oleada de personas que llegan de distintas maneras a buscar una manera más digna de vivir. Pero para no irnos tan lejos y que se comprenda más esta situación, sólo basta preguntarles a los vecinos de Tláhuac su opinión sobre la llegada de migrantes a sus calles y lo que esta situación significa para ellos y sus familias en su diario vivir. 

La mayoría de los migrantes huyen de situaciones adversas en sus países, pero sin duda, una de ellas, es la falta de empleo, de oportunidades y de crecimiento. Las personas encaminan sus pasos hacia naciones que tienen modelos de mercado y democracia que les ha permitido mantener un mejor desempeño económico, que aquellas naciones que expulsan migrantes. Desde el siglo XX las personas huyen hacia naciones con modelos económico de mercado libre; no vemos ciudadanos corriendo a buscar mejores niveles de vida a Cuba, Venezuela, o Nicaragua. Incluso cuando cayó el muro de Berlín no vimos a los alemanes correr hacía la Alemania Comunista.

Trump quiere solucionar la migración construyendo su muro y expulsando migrantes, pero mientras haya naciones con modelos populistas, que no abren oportunidades reales de trabajo y desarrollo para sus ciudadanos, el fenómeno se mantendrá. Todos hablan de los migrantes pero muy pocos hablan de aquellos modelos que causa ese desastre humanitario. 

Los gobiernos que despilfarran el dinero de los contribuyentes regalando dádivas o como sobornos a cambio del voto, están creando las condiciones para la fractura de la producción y el empleo, lo que se traduce en más pobreza. De hecho, el número total de mexicanos que intentaron ingresar a los Estados Unidos entre puertos oficiales de entrada se elevó de 155 mil en el año fiscal del 2018 a 579 mil en el año fiscal de 2023. Un incremento de 300 por ciento. Así que por muchos discursos anti-in migrantes o pro migrantes, se debería atender las causas, que como hemos dicho, se encuentran en los modelos populistas que generan más personas rezagadas que buscan formas de superarse y en su país no encuentran oportunidades. 

Es muy fácil para ciertos políticos repartir el pastel, lo difícil es crearlo.

Lo mismo sucede con el tema de la violencia o el narcotráfico, en lugar de desarrollar estrategias entre naciones para enfrentar las causas del problema, lo que se ve en los discursos políticos son acciones sobre los efectos de la violencia: USA dice que México fabrica fentanilo; y México dice que es porque allá se consume. ¿Pero quién habla de las causas acá y del otro lado de la frontera? Es evidente que los jóvenes en Estados Unidos están viviendo un vacío existencial que no lo frena el confort, ni el progreso, lo que los lleva a evadir sus males con drogas. Algo está fallando allá, pero también en México, si hay algo organizado es el crimen, pero con una agravante, está triunfando a nivel cultural esa manera de entender la vida que gira en torno a ganar sin importar los medios. La narcocultura se expande como virus en nuestra nación.

De tal manera se combaten los efectos sin ir a las causas, que no habrá muros que alcancen para detener la migración, pero tampoco militares o policías que alcancen para frenar al crimen organizado. La realidad es que está fallando algo profundo en ambos lugares y es la educación, las creencias, los valores, la formación de las personas, es la rueda de la cultura la que está atrofiada y gravemente herida. 

Un dato de la derrota cultural en México es el que proporciona la organización México Evalúa, en donde de cada 10 estudiantes, 6 no comprenden lo que leen; y 7 no logran hacer operaciones matemáticas básicas. Eso es en la educación formal, que no contempla la formación en casa, en donde las narcoseries proyectan sistemas de vida donde el que triunfa lo hace con un arma en la mano. Mientras se mantenga el debate sobre los efectos y no sobre las causas, estaremos en discusiones interminables que traerán más efectos devastadores para la sociedad. Un elemento básico es que se enseñe en casa y en las aulas que cada acción tiene consecuencias y que debemos hacernos responsables por ellas. Simple y complejo, pero de un punto hay que arrancar.

“Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida.”

Paolo Giordano

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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