Según la ideología de género, las palabras transidas por la diferenciación heterosexual deben reformularse en neutro.
Aquellos que defienden a la ideología de género buscan justificar patrones de conducta sexual distintos a los heterosexuales. Dichos patrones como la homosexualidad, la transexualidad, la bisexualidad y muchos más, son conductas de algunos grupos minoritarios que no sólo se reservan a lo privado, sino que públicamente buscan promover tales conductas como paradigmas a seguir socialmente.
Una estrategia clave en la promoción de conductas sexuales alternativas a la heterosexualidad que lleva a cabo la ideología de género es difundir la idea de que las personas humanas son en sí mismas asexuadas o bien neutras, y partiendo de la anterior idea se busca obtener la consecuencia de que cada persona en su libertad escoja lo que quiera ser en el plano sexual, dejando de lado la intervención de los padres, ya que éstos deben de promover en sus hijos una educación libre de toda determinación sexual, específicamente, de tipo heterosexual.
Las anteriores ideas propagadas por la ideología de género en su obsesión por justificar un modo de hacer sexual variado, pretende negar un modo de ser que se da realizado en la misma naturaleza humana. Este modo de ser toma como evidencia que el cuerpo de cada persona ya tiene una determinación sexual como varón o mujer tanto a nivel cromosómico, como a nivel gonadal, como a nivel genital, como a nivel hormonal e incluso a nivel cerebral, la consecuencia de esto es que a nivel psicológico y social se siga una orientación y una educación sexual en armonía con lo biológico dando como resultado una conducta heterosexual.
La ideología de género en su obsesión por justificar varios modos de hacer en la conducta sexual que no sean heterosexuales, pretende atacar la misma raíz heterosexual de lo humano negando la evidencia biológica y afirmando gratuitamente que cada ser humano no es sexuado porque tiene “derecho” a elegir su condición sexual. Es decir, esta ideología en nombre de una libertad absolutizada pretende que modos de hacer sexuales de tipo no heterosexual terminen destruyendo el modo de ser heterosexual.
En esta destrucción de lo heterosexual como modo de ser, la ideología de género pretende redefinir al lenguaje. Un lenguaje que hay que depurarlo de todo contenido heterosexual y reformularlo a la luz de lo neutro. Los artículos de influencia heterosexual como son: los y las, deberían ser eliminados en favor del artículo lo en un sentido de neutralidad. El problema de lo anterior es que el artículo neutro “lo” no debe acompañar a los nombres que son de género masculino o femenino. Situación que se presenta en el idioma español.
Por otra parte, según la ideología de género, las palabras transidas por la diferenciación heterosexual deben reformularse en neutro. Por ejemplo, en vez de decir: “Todos y todas estamos convencidos, compañeros y amigos, de que nosotros y nosotras debemos promover el bien común”.
Ahora, según tal ideología se debe de decir: “todes estames convencides, compañeres y amiges de que nosotres debemes promever el bien común”
El autor del presente escrito desearía casi concluir, citando a Aldous Hulex en su libro: “Retorno a un mundo feliz”, en su capítulo XI intitulado: “Educación para la libertad”, en donde se escribe lo siguiente: “En su propaganda irracional, los enemigos de la libertad pervierten sistemáticamente los recursos del lenguaje, con objeto de atraer o empujar a sus víctimas hacia el modo de pensar, sentir y obrar que ellos, los manipuladores de la mente, desean.”
Juzgue estimado lector, si se quiere negar el modo de ser propio de lo heterosexual para justificar conductas sexuales alternativas ¿no acaso se siguen consecuencias disparatadas?
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com