Resultados electorales 2024

Después de casi dos años de no campaña, primero, precampaña, después y finalmente campaña, llegamos a los resultados de un proceso verdaderamente largo y enfadoso en nuestras elecciones 2024. Con resultados mixtos: tristes para algunos, alegres para otros. Resultados cuestionables y también algunos incuestionables. Vale la pena hacer un buen balance de lo que hemos encontrado en estos tiempos electorales.

Hay buenos resultados, sin duda. Una participación ciudadana ejemplar en los comicios. Una asistencia festiva, abundante, contra condiciones complejas, de miedo, de clima, de dificultades logísticas. La ciudadanía estuvo presente y estuvieron hasta el último momento. También, tal vez en un nivel más complicado, una participación en debate, en discusión, una aportación donde pequeños grupos se reunían, gracias a la tecnología, a discutir temas de política, de propuestas, de personalidades.

A veces para cuestionarse, a veces incluso para molestarse. Pero este debate, este intercambio de opiniones, es algo fundamental. Si no tenemos este tipo de interacción, difícilmente vamos a progresar en política. Y esto que ocurrió muchas veces a niveles particulares, en grupos pequeños, se dio también en manifestaciones multitudinarias, poco usuales, que parecerían el monopolio de los partidos y que, sin embargo, se dieron y funcionaron bastante bien.

Esto es importante. Tenemos que cultivar y proteger ese tipo de interacción. Que no sea por desánimo que se deje de hablar de política. Que no sea porque los resultados no eran los esperados, que dejemos de estar tratando el tema. Porque esa es la base real, verdaderamente, de la acción ciudadana: una buena participación. Esos pequeños grupos, a veces muy interesantes desde el punto de vista de conocimiento, de experiencias compartidas, de opiniones muy de tomar en cuenta, es algo fundamental.

Por el contrario, sí hay un saldo triste. Donde tal vez lo que destaca es el enfrentamiento entre la ciudadanía. Una división provocada, una que es el resultado de una siembra de odio, y que también dio como resultado distintas manifestaciones de violencia. Algunas llegando hasta los asesinatos, otras en cantidades importantes, como amenazas que hicieron que varios posibles candidatos se retiraran por temor. Y en pequeñas poblaciones, en lugares apartados, la violencia fue lo que hizo que muchas veces ya no se votara.

Y esto se dio curiosamente en todos los partidos. Porque no fue, como tal vez sería de esperar, que la violencia fuera solo dirigida contra los contrincantes de la 4T. Porque se decía que, gracias a que la 4T ha decretado una política de abrazos y no balazos, los beneficiados por esta política serían los que atacarían a los opositores de la 4T. La verdad es que fue prácticamente igual el uso de la violencia. Lo cual nos dice también algo: la unidad en los partidos políticos no necesariamente es monolítica. No todos opinan de la misma manera. Y la división hacia afuera se da también internamente.

Un saldo que seguramente dará mucho que hablar próximamente en estos días en que se esté calificando la elección es el hecho de que, en las redes sociales, abundan las discusiones y las denuncias de que el famoso PREP, el programa de resultados preliminares, ya estaba dando resultados de casillas que todavía no habían terminado de hacer su conteo y que no habían entregado sus resultados al INE. Lo cual claramente ha sido interpretado por una gran cantidad de ciudadanos como un fraude electoral. Y están inundando ya las redes sociales con fotos de los resultados en las casillas y la comparación con lo que publicó el PREP. Esto es algo sumamente delicado, porque todo el resultado de un buen trabajo electoral se puede venir abajo precisamente por esto.

Por otro lado, también tenemos algo interesante, algo que no se había dado. Y que a mí me parece sumamente importante. Los ganadores, y en particular la ganadora de la presidencia nacional, hizo un llamado y un ofrecimiento de concordia, entre todos los mexicanos. Algo extraordinario. Que no habíamos escuchado y que claramente necesitamos. No podemos simplemente seguir en el constante ataque a los perdedores y en el regodeo de los triunfadores.

Tras un proceso tan largo de confrontación, se necesita sanar a la sociedad. Lograr que triunfadores y vencidos puedan colaborar por el bien de la nación. No podemos seguir en permanente confrontación cuando nos encontramos con retos importantes de muy diversos tipos y que debemos de enfrentar urgentemente. Solo por mencionar algunos: el gran problema del calentamiento global. El crecimiento acelerado de la tecnología, qué requiere que desarrollemos rápidamente habilidades que no tenemos, para no quedarnos rezagados. La necesidad de desarrollar capacidades que nos permitan aprovechar las oportunidades de relocalización de empresas, que podrían generar nuevos empleos y bien pagados, que necesitamos con urgencia.

No estamos en el fin del proceso electoral. Posiblemente, solo estamos terminando su primera fase. Es importante que quede bien resuelta, para el bien de todos.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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