La 4T está actuando como si al vacunar a la población todos los problemas económicos se resolverán. Se requiere un plan de recuperación que ni Morena ni los otros partidos han planteado.
Estrictamente, todos los años son años políticos porque en todos hay actividad política, si entendemos por política el arte de regir los asuntos públicos. De la larga noche de la dictadura perfecta nos quedan resabios, como que sólo existe la política como actividad electoral, lo que es una visión muy reducida de lo que verdaderamente es lo político. Con esa concepción, un año político es un año en que hay muchas elecciones. Y sólo con en ese concepto limitado, sí se puede decir que este será un año político.
Se renueva la Cámara de Diputados federal, 30 congresos estatales, 15 gubernaturas, 1,900 ayuntamientos… Sí, por elecciones no paramos. Con un aspecto adicional del cual se habla poco: en casi 100 años, se regresa a la reelección consecutiva, al menos de los diputados federales. Lo que no se sabe con certeza es cuál será la reacción del electorado. Los autores de la reforma política de 2014 la vendieron como un medio de hacer que los políticos estén más preocupados por quedar bien con su electorado quien, si no los consideran eficaces, no los reelegirán. Pero eso, finalmente, es teoría. Habrá que ver si esta previsión se cumple. Por lo pronto, no se habla del asunto y no ha salido en las encuestas.
Lo que sí se está comentando es que esta elección es una especie de referéndum de la 4T y de Andrés Manuel en particular. Eso ha llevado a los restos que aún quedan de la oposición partidaria a buscar alianzas para tener la capacidad de ser un contrapeso efectivo a Morena en el Congreso.
Por lo pronto, varias empresas encuestadoras ya están pronosticando el triunfo de Morena. Un poco pronto, dado que aún no hay candidatos, pero hay un punto que podría darles la razón. Es un hecho que la oposición partidaria aún no encuentra el camino para entusiasmar a la ciudadanía. No han podido crear una narrativa propia. La comprensión que tienen del ciudadano común, que somos mayoría, es que estamos atrapados en la narrativa de AMLO. La oposición se limita al ataque, sin proponer nada nuevo. Los temas que presentan a los medios, a la ciudadanía, son los mismos que presenta Morena, que ha tenido el monopolio de las propuestas. Los otros partidos no han sido capaces de presentar otros temas y no digamos de ser capaces de convencer al electorado de que esos temas son los importantes.
No es que sea fácil. Un tema, por ejemplo, es cómo se deben reparar los daños económicos de la pandemia. La 4T está actuando como si al vacunar a la población, en automático, todos los problemas económicos se resolverán. Lo cual es muy dudoso. Más de 2 años de reducción de la actividad económica, considerando los 18 meses que nos dicen que todavía faltan para vacunar a toda la población, no se resuelven rápido ni espontáneamente. Se requiere un plan de recuperación que ni Morena ni los otros partidos han planteado.
Y no es el único tema. ¿Cómo recuperaremos dos o más años de educación, que ya de por sí era mala, tras un largo periodo de enseñanza virtual, con todas sus limitaciones? ¿Cómo se recuperarán las cadenas productivas que están sufriendo con el cierre de las pequeñas empresas? ¿Cómo se recuperará la actividad económica del desempleo que sigue aumentando? ¿Cómo atender los problemas de actividades como la hotelería, que podría no recuperar la caída de los viajes de negocio? ¿Qué hacer para volver a impulsar la construcción de instalaciones comerciales y turísticas? Se requieren propuestas en el campo económico, pero también en los temas sociales, por ejemplo el tema de la violencia contra la mujer, la desigualdad en el trato laboral a ellas y otros muchos, que van a requerir de propuestas con gran visión. Y, usted perdone, no se ve esa visión en la clase política y menos en los partidos de oposición. Su paradigma es que basta con resolver la vacuna con que todo mejore y eso no se sostiene. Por eso no tendría nada de raro que el electorado haga que estas próximas elecciones sean poco concurridas. Claro, bien puede ser que me equivoque y que los partidos de oposición reaccionen con propuestas novedosas y creativas, con una gran visión de futuro. Y creo que a todos, incluyendo los partidarios de la 4T, nos convendrán discusiones más a fondo, mejor fundamentadas y más sólidas de otras propuestas que atienden asuntos que no se están tratando.
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