Septiembre: dos eventos, dos conceptos

En México, muchas veces ni siquiera los propios miembros de los partidos políticos conocen bien la ideología de su partido.


desfile 


Dos maneras de actuar, dos modos diferentes de llevar a cabo un evento. El Grito, un evento sobrio, tratando de dar la impresión de austeridad, y una arenga que muchos podrían aceptar. El desfile al día siguiente, una fuerte dosis de propaganda con los conceptos centrales de esta administración.

El Grito es un evento transmitido en cadena nacional y con una enorme penetración. Además, es observado por analistas tratando de obtener, a través de los símbolos del propio evento, ideas sobre el modo de gobernar de esta administración. Quien aparece, quien no aparece, quien está cerca o lejos del mandatario, cómo viste la esposa del presidente, y otros mil detalles que, aunque están seguramente son de especulación, pretenden ser mensajes sólo para los enterados, para el “círculo rojo”, la elite de la clase política.

En particular, los “vivas” son escrupulosamente analizados. En serio y en broma se hicieron multitud de especulaciones cuando el presidente anunció que habría 20 vivas. Al final, lo que se dijo podría haberlo firmado la mayoría de los ciudadanos. Una mayor participación de heroínas en la lista, la mención de los héroes anónimos que abundan en este país, así como algunos conceptos como la Paz, y la Fraternidad Universal. Este último concepto, sí tuvo algunas críticas por parte de quienes recuerdan que la fraternidad es un concepto de los jacobinos franceses y que recuerdan también un organismo masónico llamado la Gran Fraternidad Universal. Pero otros, Felipe Monroy por ejemplo, recordó que el tema de fraternidad universal forma parte de las ideas que ha mencionado diversas veces el papa Francisco. Y, por cierto, están circulando videos donde hay rechiflas en parte de los vivas. A ver si no están manipulados.

En cambio, el Desfile no tiene el impacto del “Grito”: no tiene la misma penetración y muchos sólo lo ven parcialmente, pero tiene mucha presencia popular, aunque la plancha del Zócalo fue ocupada, según se anunció, por las familias de militares. Pero en este sí hubo una fuerte carga ideológica, a través de los carros alegóricos mostrando los programas clientelares más populares y la participación de los militares en los eventos de desastre. Todo ello con el mensaje de que ya hay una transformación tan importante como la de la Independencia, la Reforma y la Revolución.

Es un hecho que las izquierdas, y en particular las izquierdas mexicanas incluyendo al PRI, que sigue siendo reconocido como miembro de la Internacional Socialista, han hecho un gran esfuerzo por tratar de convencer a la ciudadanía de las ideas que sustentan. Podremos llamarle adoctrinamiento, podemos decir que es un abuso usar los recursos públicos para convencer a la población en contra de sus contrincantes políticos, pero el hecho es que le dan una gran importancia a ganarse a la gente. El partido bolchevique ruso tenía entre sus organismos a uno llamado “agitación y propaganda”. Encontramos conceptos parecidos entre todas las izquierdas, y esta administración está siguiendo esos ejemplos.

En cambio, la oposición de centro y derecha en nuestro país no se ha ocupado de convencer a la ciudadanía de la bondad de sus ideas ni de las razones por las cuales consideran que son una mejor opción que sus contrincantes. Sus argumentos no van más allá de decir “que se quiten aquellos para que nos pongan a nosotros”. Haga usted la prueba: pregunte a ciudadanos de entre 20 y 30 años cuál es la ideología del PAN, del Movimiento Ciudadano, o incluso del Partido Encuentro Social. Pregúnteles cuáles son sus politólogos y en donde se encuentran los libros que exponen su ideología. Los más enterados responderán en términos de derecha o izquierda, pero sin poder profundizar más. Eso no es culpa de la actual administración. Los partidos tienen fondos de sobra para poder difundir su ideología y tratar de convencer al ciudadano. Y muchas veces ni siquiera sus propios miembros conocen bien la ideología de su partido.

Tristemente, si la oposición no se preocupa por convencer a la ciudadanía, el futuro de este país estará en las manos aquellos que sí están recibiendo una ideologización.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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