Es necesario promover y buscar las buenas noticias y cuando aparezcan leerlas, agradecerlas, recomendarlas.
Todos los profesionistas con el ejercicio de sus competencias tienen una responsabilidad ética, pero en nuestro mundo contemporáneo tan interconectado y tan ávido de información, los comunicadores tienen más responsabilidad. Además de dar a conocer un hecho transmiten su opinión y califican los acontecimientos. Esa carga puede provocar optimismo o pesimismo. Y esos efectos al llegar a un gran número de personas modelan sociedades tristes o alegres. El mundo de la información tiene un gran poder.
Desgraciadamente los receptores por interesarse más en las malas noticias que por las buenas provocamos que nos den lo que nos gusta.
Sin embargo, es necesario promover y buscar las buenas noticias y cuando aparezcan leerlas, agradecerlas, recomendarlas. Un detalle así puede mejorarnos, porque ciertamente hay muchos temas así.
Nos mencionan decesos por la pandemia, pero hay dos defunciones recientes de personas con una vida ejemplar, tanto en su vida privada como en la pública, que la tuvieron y mucha. Conocerlos nos abre al orgullo de compartir su naturaleza, desgraciadamente pocos se han enterado. Uno es David Sassoli y otra es Alice von Hildebrand.
El deceso del primero fue el 10 de enero. El papa envió su pésame a la esposa y lo reconoce como “creyente animado por la esperanza y la caridad, periodista competente y hombre estimado de las instituciones que, de manera serena y respetuosa, en las responsabilidades públicas que desempeñó, se esforzó al máximo por el bien común con rectitud y compromiso generoso”.
Sassoli era el Presidente del Parlamento Europeo, después de tres elecciones sucesivas.
David Sassoli, nació en Florencia el 30 de mayo de 1956. Se dedicó al periodismo y a la política. Redactor de “Il Giorno”. Luego estuvo en la RAI hasta 2009 cuando se presentó al Parlamento Europeo con el Partido Democrático donde lo eligieron con 400 mil votos.
Luchó contra el cambio climático; por una política más cercana a las necesidades de los ciudadanos; ´por la urgencia de reforzar la democracia parlamentaria y de promover los valores europeos dentro y fuera de la Unión Europea.
Casado y padre de dos hijos. De pequeño asistió a la Asociación de Guías y Scouts Católicos Italianos.
Las condolencias de los políticos e instituciones europeas fueron unánimes. Así lo expresaron: “es un día triste para Europa, hoy nuestra Unión pierde a un europeísta convencido, a un demócrata sincero y a un hombre de bien. David Sassoli era un hombre de profunda fe y fuertes convicciones”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, declaró a la prensa en Bruselas: “Todo el mundo amaba su sonrisa y su amabilidad, pero sabía luchar por lo que creía. En 1989, en Berlín, entre jóvenes europeos, vio caer el Muro. Desde entonces, estuvo del lado de la democracia y de una Europa unida. En más de una década de servicio en el Parlamento Europeo, defendió sistemáticamente a Europa y sus valores”.
“Este es su legado y así es como lo recordaré, como un campeón de la justicia y la solidaridad y como un querido amigo. Mis pensamientos están con su esposa Alessandra y sus hijos, Giulio y Livia, y con todos sus amigos”.
El presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, expresó en un telegrama que la muerte de Sassoli “abre un vacío en las filas de quienes creyeron y construyeron una Europa de paz al servicio de los ciudadanos y representa un motivo de profundo dolor para el pueblo italiano y para el pueblo europeo. Político apasionado, líder leal y riguroso, supo alimentar con su cultura una iniciativa política al servicio de las personas y las instituciones. Hombre de diálogo, hizo del método de la confrontación el sello de su relación con sus interlocutores, en busca del bien común. Estas cualidades se manifestaron también en su trabajo como periodista.”
Expresarse así de un difunto, llena de esperanza al palpar que hay muchas personas en altos niveles que viven sus ideales, que los cargos de alta posición no los han corrompido y que han conservado también una trayectoria familiar sin traiciones.
La otra noticia es la muerte de Alice von Hildebrand el 14 de enero, viuda de Dietrich. Alice Jordan nació en Bélgica en 1923. Como refugiada de guerra llega a Estados Unidos en 1940. Estudió filosofía en la Universidad de Forfham donde es alumna de su futuro esposo. De 1947 a 1984 da clases en Hunter College, en Nueva York.
La primera esposa de Dietrich von Hildebrand muere en 1957, y en 1959 contrae nuevas nupcias con Alice. Cuando él muere en 1977, ella se dedica a difundir su legado teológico y filosófico.
En el año 2000 escribió “Alma de león”, que es la biografía de su esposo. El prólogo es del Cardenal Joseph Ratzinger con quien llevaba una buena amistad. En 2004, con varios alumnos, fundó el Proyecto Hildebrand para dar a conocer la vida y los escritos de Dietrich. En 2014 escribe su autobiografía “Memories of a happy failure”, con prólogo del Cardenal Timothy Dolan.
Ella destacó como filósofa especialista en la antropología realista, como fundamento de la institución matrimonial y familiar. Escribió “La noche obscura del cuerpo”; “Por qué en las relaciones íntimas el respeto es lo primero” aquí analiza las raíces metafísicas del pudor y las consecuencias de su destrucción; “El privilegio de ser mujer” donde a partir de las diferencias entre hombre y mujer, subraya la mayor capacidad de ellas para la entrega, su sensibilidad a la belleza y su capacidad para el sacrificio. Señala a la Santísima Virgen como modelo de feminidad.
Conocer su vida y su obra nos muestra a una mujer centrada, brillante para exponer sus ideas y para reconocer las de su marido. Sus trabajos ponen muy en alto al sexo femenino sin necesidad de apoyarse en el recurso de la agresión.
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