La Iglesia es la sociedad donde se manifiesta que Dios llama, es el proyecto divino de salvación universal. Y México posee una riqueza enorme.
El pasado 25 de mayo, en el Aula Magna de los Misioneros de Guadalupe, de la Universidad Intercontinental, el Colegio de Estudios Guadalupanos (COLEG), con la colaboración de la Sociedad Mexicana de Ciencias, Artes y Fe (SMCAF), invitaron a la conferencia: “Los santos que han visitado a Santa María de Guadalupe en su Basílica del Tepeyac”. También hicieron acto de presencia la Fundación el Carmelo Descalzo México, AC. y el Colegio Médico Cultural Esculapio Siglo XXI, AC.
El moderador del evento fue el doctor Arturo Rocha. Dio la bienvenida el Pbro. Raúl Ibarra, del COLEG que celebra 70 años de su fundación. El doctor Rubén Rodríguez fue el conferencista. Inició subrayando la importancia de la Historia de la Iglesia en México, porque la Historia da a conocer las raíces. La Iglesia es la sociedad donde se manifiesta que Dios llama, es el proyecto divino de salvación universal. Y México posee una riqueza enorme. Por ejemplo, el 6 de mayo de 1518, el Pbro. Juan Díaz ofició la segunda misa en nuestro territorio. Luego vendrían la tercera, la cuarta… y una gran derrama de beneficios eucarísticos. Quienes verdaderamente han entendido y vivido la misión de la Iglesia son los santos. Ellos forjan la esencia de la Historia de la Iglesia.
En un segundo momento se detuvo en el papel de la Virgen María en México. Dios ha querido que María sea la criatura que ocupe el lugar más relevante en la Iglesia. Y, Dios ha hecho, con María en México lo que el papa Benedicto XIV señaló: “No hecho nada igual con ninguna otra nación”, ni lo ha hecho a lo largo de la historia. La gente lo sabe y por eso, la Basílica de Guadalupe es el santuario más visitado del mundo. Aquí a diferencia de otros santuarios buscan a la Madre.
Luego se refirió a que México es una tierra de santos, 39 hay ahora. Ocho del siglo XVI, ninguno en el XVII, uno en el XVIII, uno en el XIX y 29 en el siglo XX. Gracias a la persecución religiosa saldrán muchos más. En el resto de América, actualmente, sólo hay 38 santos. Aunque en Estados Unidos entre siervos de Dios y beatos hay más de cien, por lo que el futuro es muy prometedor.
A continuación se presentan unas observaciones sobre los santos mexicanos y de quiénes hay certeza que estuvieron en la Basílica de Guadalupe.
Los santos niños mártires tlaxcaltecas: Cristóbal, Antonio y Juan, murieron antes de la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe. Juan Diego por supuesto dedicó el resto de su vida al cuidado de la primera ermita, antecedente de la Basílica. Existe una pintura en la Catedral de Tlaxcala en donde Juan de Zumárraga está arrodillado ante la tilma que sostiene Juan Diego. También aparece Juan González observando la escena y algunos otros personajes.
San Felipe de Jesús muere en 1597 en Nagasaki. No hay datos de su visita a la Basílica, sin embargo, el conferencista ve cierta posibilidad porque proviene de una familia católica y la nana también lo era.
San Junípero Serra (1713-1784), se ignora si visitó a la Santísima Virgen de Guadalupe, aunque pudo hacerlo cuando de estas tierras marcha a pie a California. Lo mismo se puede decir del Padre Kino, nace en Italia en 1645 y muere en Sonora en 1711. Estuvo 10 años en la Ciudad de México.
San José de Yermo y Parres (1851-1904), es poblano, pero seguramente sí estuvo en la Basílica de Guadalupe porque visitó México en cinco ocasiones.
San Rafael Guízar y Valencia (1878-1938) viajó a México en tres ocasiones para rezar ante la Santísima Virgen de Guadalupe. En 1909 para agradecer porque Nuestra Señora intercedió para que el obispo de su diócesis le reintegrara a sus funciones de sacerdote pues le habían calumniado. Regresa en 1922 a dar gracias nuevamente a la Virgen pues un general del gobierno lo mandó matar. Rafael se escondió durante una temporada hasta que se cansó de ese modo de vida. Compró una pistola y se presentó en el despacho del general diciéndole que estaba allí para que él mismo cumpliera la orden que había dado y le ofreció la pistola. En ese momento le perdonó la vida al reconocer a un hombre capaz de tanta valentía. Rafael volvió otra vez a la Basílica en 1931. Es el primer obispo mexicano canonizado.
San Cristóbal Magallanes y 24 mártires, muertos entre los años de 1915 a 1937, durante la persecución en México. No se tienen datos de si estuvieron en la Basílica. De san José Sánchez del Río un pariente atestiguó que no estuvo.
La primera santa mexicana es Natividad Venegas de la Torre, nace en Zapotlanejo, Jalisco en 1868 y muere en 1959. No se tienen datos de si visitó la Basílica de Guadalupe. Santa María Guadalupe García Zavala nace en Zapopan en 1878 y muere en Guadalajara en 1963. Tampoco se sabe si viajó a México.
Tres santos no mexicanos han estado de la Basílica de Guadalupe:
En 1970, san Josemaría Escrivá de Balaguer, sacerdote español, fundador del Opus Dei. Del 16 al 24 de mayo, hace una novena para pedir por la situación de la Iglesia después del Concilio Vaticano II y por el estatuto jurídico del Opus Dei dentro de la Iglesia. A partir de su fallecimiento en el año de 1975, en el mes de junio se celebra una misa, primero en sufragio por su alma. Después de su beatificación y más adelante de su canonización se celebra la misa en acción de gracias. En la Basílica antigua, donde estuvo San Josemaría, hay una placa conmemorativa.
San Juan Pablo II, el papa número 262, polaco, de los cinco viajes que hizo a México, en tres de ellos estuvo en la Villa: en 1979 ofició una santa misa. En 1990 beatifica a los tres niños tlaxcaltecas y a José María de Yermo y Parres. También beatifica a Juan Diego. En 2002, el 29 de julio canoniza a Juan Diego. En el atrio de la Basílica luce una espléndida estatua de este santo papa.
La albanesa santa Teresa de Calcuta (1910-1997) también visitó tres veces a la Virgen de Guadalupe: en 1975, en 1982 y en 1989. Después de su canonización en el año de 2016, sus hijas Misioneras de la Caridad estuvieron en la Basílica, en una Misa de Acción de Gracias ese mismo año.
El presbítero Rubén Rodríguez termina la conferencia con una sugerencia para que el COLEG proponga, a las autoridades competentes, colocar una estatua de cada santo que haya estado en la Basílica.
El director de comunicación del COLEG cerró el evento, que en estas líneas compartimos con los lectores.
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