Acoso

Los caminos tortuosos de la sexualidad

El mal uso de la libertad es el origen de todos los males, pero como no nos gusta reconocerlo, buscamos culpables, y casi siempre es Dios, quien en su bondad infinita espera con paciencia nuestra rectificación.


 


El mal uso de la libertad es el origen de todos los males, pero como no nos gusta reconocerlo, buscamos culpables, y casi siempre es Dios, quien en su bondad infinita espera con paciencia nuestra rectificación.

La libertad mal aplicada al ejercicio de la sexualidad abre unos caminos sumamente atractivos al principio, pero poco a poco se convierten en laberintos  tortuosos, de los que es difícil salir. El remedio es reconocer que el valor y el motivo de la sexualidad se han confundido con el placer individual. El respeto a uno mismo y a la otra persona ya no se toman en cuenta, tampoco las consecuencias de esa relación. 

Podemos hablar de dos tipos de sexualidad tortuosa.

El primero es en el que la sexualidad se practica en sí mismo, ya no es relacional. Este modo de proceder afecta esencialmente la finalidad del proceso. Se produce el grado más alto de violación porque se elimina la alteridad. Es el caso de la masturbación, con ella se adquiere un hábito difícil de erradicar. 

El segundo incluye las relaciones sexuales impropias. Nos detendremos en el acoso sexual tan focalizado últimamente por los casos que se ha tenido el valor de denunciar.

Sin embargo, en este terreno tan delicado, no se deben hacer generalizaciones, en cada caso es necesario conocer las causas, las circunstancias y los efectos para resolverlos del modo más justo. También hay que tener en cuenta que los acosos pueden ir desde la calumnia hasta el chantaje.

Casos:

La acosada es injustamente sorprendida por el experto acosador. Sucede cuando una joven inexperta cae, sin darse cuenta, en el modo seductor del otro, de manera que ella se entrega ingenuamente sin advertir que ha creído una serie de mentiras. En estas circunstancias ella ya no es capaz de resistirse. Como el modo de proceder es paulatino, sin violencia, es muy difícil poner remedio a tiempo, hasta mucho después es posible hacerlo, pero el daño llega a ser muy profundo. La medida preventiva, en futuros casos, puede ser advertir a la ingenua. Por otro lado, detectar esas personalidades donjuanescas y tratar de pulsar alguna fibra que mueva a modificar la conducta.

La acosada provoca a una persona inexperta, con la finalidad de conseguir un beneficio. Este caso es semejante al anterior, pero invirtiendo los sujetos: ella es la experta y él el inexperto. Generalmente en estos casos ella persigue un beneficio económico para salir de ese tipo de penurias. Puede suceder con la secretaria y su jefe.

La acosada provoca a un acosador para obtener alguna ventaja por medio de la extorción. Esto sucede cuando ella estudia el modo de proceder del acosador y le tiende una trampa para hacerle creer que él tomó la iniciativa, cuando en realidad le han inducido a actuar como acostumbra. También puede darse el caso de que qulen busque el acoso para extorsionar sea un varón.

La acosada provoca sin darse cuenta. Con frecuencia la mujer adopta sin criterio la moda y las costumbres, y no cae en cuenta de que en ella todo eso resulta especialmente llamativo, de manera que despierta el deseo. Si ese modo de actuar es constante puede llegar a desquiciar, a obsesionar y a buscar la satisfacción de la pasión.

Él acosador es experto y utiliza su estatus para que sus subalternos o futuros subalternos alcancen metas profesionales. Estos hechos no solamente se dan en Hollywood sino también en muchos lugares de trabajo. 

No existe acoso pero se presenta una acusación con el fin de difamar. Con frecuencia se dan estos hechos, y como son asuntos tan íntimos es muy difícil probar su inexistencia. Y, aunque se pruebe, la gravedad consiste en que se ha sembrado la duda.

Por lo tanto, antes de tomar partido y emitir un juicio, conviene actuar con prudencia e informarse con detalle para saber de qué se está hablando y cómo sucedió. Solamente así pueden tomarse medidas correctivas para erradicar esos sucesos tan tristes y nocivos.

Es muy difícil saber quien actuó bien y quien mal porque muchas veces hay incitación advertida o inadvertida.

 

 

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