Me voy a referir a dos actividades de este fin de semana en las cuales he participado. El tema: liderazgo las asemeja, aunque por el formato muy distintas entre sí, en la del sábado sedentaria frente a un zoom, en la del domingo fui y regresé en transporte público, caminé junto con un tumulto de personas y estuve de pie en el asoleado Zócalo de Ciudad de México por aproximadas dos horas y media.
El sábado la Academia de Líderes Católicos, de 10 a 12.30 horas, organizó el evento virtual titulado “Agenda Nacional de Paz” precisamente para promoverla en nuestra patria a partir de la comprensión de la realidad actual. Como en otras ocasiones iniciamos con una oración que inició Karina Ordoñez. Ella se encargó del soporte tecnológico.
José Antonio Rosas dio la bienvenida y nos sensibilizó ante la urgencia de participar por el acuciante reto de instalar la paz social. Además, ahora, después de darnos a conocer el estudio y la Agenda Nacional de Paz propuesta por la Iglesia católica, hemos de sentir nuestra responsabilidad de actuar con mayor tino para acelerar las soluciones.
Para el beneficio de los ausentes, comparto una visión panorámica de las variadas iniciativas y los ricos testimonios de los ponentes. No dudo serán una fuente de inspiración y de concreción.
Da la bienvenida a los participantes de la actividad, a nombre de los Obispos nacionales e internacionales, Monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal -Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México-. Resalta la importancia de fomentar los diálogos de paz para sembrarla. Cita la encíclica de Juan XXIII Pacem in Terris. Nos anima a guardar el orden para tener paz, y a considerar que no hay paz sin verdad. La paz inicia cuando dejamos que el otro sea parte de mí. Mi prójimo no es enemigo, es mi hermano, está en mí, porque somos hijos de un mismo Padre. Nos deja cuatro palabras para sustentar la paz: verdad, justicia, libertad y caridad.
El Pbro. David Jasso, Vicecanciller de la Arquidiócesis de Monterrey, por medio de un video preparado para la ocasión, presenta la Agenda Nacional de Paz, trabajo recién terminado, como respuesta de los Obispos mexicanos, a la petición del Papa Francisco sobre un proyecto pastoral por la paz, en su visita a este país en 2016.
Un proyecto amplio del compromiso de la Iglesia por la paz y las causas sociales contra la corrupción y la ilegalidad. Fomentar el trato igualitario necesario para alcanzar la paz, comenzando en el ámbito familiar. Dar soluciones concretas en las variadas circunstancias. Trabajar en colaboración e impedir el aislamiento.
El Pbro. Jorge Atilano, SJ. Director del Centro de Investigación y Acción Social “Jesuitas por la Paz”, desde el cual está impulsado procesos de construcción de paz a nivel nacional. Explica con tres rubros la Agenda Nacional de Paz. 1) Diagnóstico: la comunidad está en crisis por falta de seguridad y porque la justicia está marginada, especialmente las cárceles desbordadas porque son sitios desde donde actúan los criminales. 2) Horizonte: hacen falta cuidados a personas, familias y comunidad; hay inseguridad por falta de orden; falta rediseñar la justicia y en las cárceles restaurar el orden. 3) Ruta: proponen 14 acciones.
Este proyecto es inmenso y nos llama a todos a sacarlo adelante, se hará mucho bien.
Siguieron paneles donde se mostraron las actividades valiosísimas que ya se realizan, como escuelas pata mujeres buscadoras, acciones en la Sierra Tarahumara, atención a la salud mental de personas que han sufrido violencia, promotores familiares y promotores juveniles. Por citar algunas.
Fue un muestrario de patriotas que se dedican a hacer el bien a los demás. Seguramente incluirán a lo que ya realizan algunas de las propuestas de la Agenda Nacional de Paz.
Al día siguiente, domingo fuimos miles de mexicanos los que nos reunimos en el Zócalo de la CDMX. Cada uno con nuestra presencia ejercimos el liderazgo ciudadano. También se dieron manifestaciones semejantes en otras ciudades de nuestro país y de otras partes del mundo, para defender nuestra democracia. Así nos lo dieron a conocer en las pantallas colocadas en el Zócalo. Una evidente manifestación del rumbo que esperamos para nuestra patria y de una toma de conciencia del modo de manifestar lo que deseamos.
Todos pedíamos “Voto Libre”, los organizadores propusieron colaborar en las casillas si les solicitan el trabajo de estar en el equipo de la casilla o en el de observadores para testificar la buena marcha de las votaciones y del conteo. Una variable no mencionada es la de asegurar que solamente votamos los mexicanos y que no se hayan falsificado credenciales para extranjeros afines al gobierno.
Por supuesto, las noticias muy eficaces, han informado del evento y del muy bien articulado discurso de Lorenzo Córdova. Conoce las entrañas del INE y valora la institución como ninguno puede hacerlo. Mucho de lo que expuso me llevó a plantear propuestas y realizar acciones. Espero coincidir con otras personas para unir fuerzas.
No quiero dejar de subrayar una evidencia: los ideales del presidente de la República son transitorios, solamente mientras le favorecen. Y deseo que tomen en cuenta lo que voy a decir, apoyándome en un dato ya conocido, pero que Córdova mencionó en su discurso: En el pasado AMLO defendió al INE reconociendo en esa institución los beneficios para una auténtica democracia. Ahora que tiene el poder en sus manos, le estorba el contrapeso de la Institución y desea apoderarse de ella o destruirla. Le estorba no gozar de independencia para actuar a su modo y tenerlo todo en sus manos. Ese es el perfil del dictador. Una persona sin ideales no es confiable ¿estás de acuerdo? Sea quien sea.
Todos somos testigos del manejo de las finanzas. No respeta presupuestos, ha desmantelado instituciones para decidir unilateralmente a dónde irá ese dinero. Espero que la solidaridad mexicana salga a relucir. Ya no podemos silenciar, sin intervenir, la destrucción de instituciones y departamentos gubernamentales que han dado excelentes resultados. Ha destrozado la educación, la investigación, la ciencia, las relaciones internacionales y casi todo. Nuestra Nación llora y no podemos seguir así.
Pido a Dios la conversión de quienes ahora viven de la extorción, del asesinato, del robo, de la venta de armas o de estupefacientes y un largo etcétera. Estoy segura que muchos en esas actividades, no tuvieron otra opción. Pero se puede rectificar y retomar el rumbo. Hay quienes desean prestarles ayuda para reemprender otro camino.
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