La misericordia de una madre

Una característica del amor materno es su inmensidad. Todo lo disculpa, todo lo perdona, de inmediato se recupera, nada espera y siempre está dispuesto a acudir en ayuda del hijo o hija ingratos. Con la mínima correspondencia se enciende y aumenta considerablemente. Es misericordioso. Por eso la Iglesia es Madre porque Ella es el ejemplo inmejorable de la misericordia.

Tenemos actualmente un testimonio invaluable de esa misericordia y una lección inolvidable para todos los hijos de nuestra querida Santa Madre Iglesia. Lección que aprovechamos para darnos cuenta de que muchas veces con nuestra conducta hemos distorsionado los cuidados que esa Madre tiene para con todos, no sólo para sus hijos.

Fiducia Supplicans, o Confianza suplicante, en español, es el documento con el cual la Iglesia responde a la solicitud de ayuda de personas convivientes de modo irregular según los cánones de la mencionada Iglesia católica. La ayuda se otorga mediante una específica bendición a ambas personas, sin desconocer el hecho de que permanecen en una convivencia irregular.

Con pocas horas de haberse publicado Fiducia Supplicans recibí de José Antonio Rosas, fundador de la Academia de Líderes Católicos, el documento de Rocco Buttiglione, actual presidente de la Academia. Subraya la belleza de la respuesta misericordiosa de la Iglesia a todas esas personas que solicitan ayuda.    

Explica cómo no hay ninguna modificación a la Tradición moral de la Iglesia, así lo afirma al inicio del documento, el Cardenal Prefecto del Dicasterio y responsable de esa publicación. También Buttiglione añade que es un retorno al origen: la presencia misionera de Cristo en la historia humana. Advierte que, si una hija suya estuviera en una situación irregular, la bendeciría y rogaría a Dios por su enmienda.

Insiste en que la Declaración responde a urgencia pastoral concreta de nuestro tiempo. Esas personas saben que están en un estado que la Iglesia no aprueba, pero desean conservarse vinculadas a la Iglesia. Y la Iglesia ahora responde con bendecirlos de una manera simple. Rocco finaliza afirmando que esta respuesta de la Iglesia integra la coherencia con la tradición y la apertura a lo nuevo.

Agradezco a la Academia este cuidado prudente y expedito. Lo uno a mi deseo de colaborar con la difusión de la pastoral de nuestra Madre Iglesia y a expresar algunas ideas fruto de mi propia investigación.

El documento que nos ocupa está numerado para organizar el contenido y facilitar el modo de citar. En el n. 2 advierten que explicarán el modo como la Iglesia aprueba la bendición a parejas del mismo sexo. En el n. 5 señalan que no bendicen la unión de esas parejas porque la Iglesia no tiene ese poder. Yo añado que la Iglesia nunca ha bendecido ni bendecirá lo que reprueba.

Este documento a la vez que se mantiene dentro de la trayectoria moral de la Iglesia presenta un avance en la distribución de los bienes espirituales. Uno de ellos son las bendiciones. Por cierto, en nuestro país tenemos una notable tendencia a valorarlas y algunos prelados se han sorprendido gratamente.

Las bendiciones son un modo accesible de acompañar y dar auxilio espiritual. Hay bendiciones litúrgicas y bendiciones no litúrgicas. Las primeras pueden ser solemnes o sencillas, las imparten quienes han recibido el sacramento del orden sacerdotal y lo hacen revestidos o no, dentro de una ceremonia, y en representación de la Iglesia.

Las bendiciones no litúrgicas se dan fuera de una ceremonia. Son sencillas las puede dar un sacerdote cuando una persona se la pide en la calle, por ejemplo. También estas bendiciones las pueden dar cualquier persona, que por su autoridad la da en nombre de Dios. Es el caso de las bendiciones de los padres a los hijos. O de un superior, e incluso de los hijos a sus padres. 

En el reciente cumpleaños de la Infante Elena de España, al recibir a su padre y abrazarlo le hizo la señal de la cruz en la frente. Esta es una sencilla bendición de alguien que profesa la fe católica y desea bienes para la otra.

Fiducia Supplicans en su estudio sobre las bendiciones no litúrgicas ve la factibilidad de darlas a las parejas en unión irregular, como una manera de responder a sus peticiones y proporcionar una ayuda espiritual adecuada a sus circunstancias. Abrigando la esperanza de que la gracia que acompaña a las bendiciones pueda ayudarlas a elegir una solución definitiva.

Las bendiciones en otros casos han sido el primer paso para una profunda rectificación porque las personas han aprovechado las gracias actuales recibidas para eliminar la conducta adversa a las enseñanzas de la Iglesia.

Escuché un video del Padre Fortea y otro del Padre José de Jesús Aguilar Valdez sobre este tema. Los recomiendo ampliamente porque de manera sencilla y completa explican el contenido del documento.

Hemos de darnos cuenta de que los estudios de temas difíciles y escabrosos pueden gustar o no, pueden ser comentados por personas afines a la doctrina católica, por personas que simpatizan con la Iglesia católica pero no conocen la doctrina o por personas que no quieren a la Iglesia y aprovechan este tipo de circunstancias para desacreditarla.

Por eso ante temas controvertidos es importante ser prudentes y acudir a personas preparadas y de buena voluntad para evitar hacernos difusores de errores o mentiras.

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