La tecnología siempre ha sido y seguirá siendo producto de las personas para ayudarlas y lograr efectos con mayor alcance.
La educación es la influencia más excelente dada entre los seres humanos. Incide en lo más profundo de cada persona para elevarla gracias a la actualización perfectiva de su potencia. Es tan excelente esta influencia que solamente es posible de persona a persona.
De persona a persona, en el santuario de la intimidad influye otro como yo, así de elevado es el proceso educativo. Sin embargo, esto no excluye la utilización de variados recursos. Pero esos recursos en manos de un educador producen la orientación adecuada para incidir debidamente.
En estos tiempos en que se cuentan con variados e innovadores recursos, debido a los avances de la tecnología, es muy importante no perder el norte, ni dejarse apabullar ni deslumbrar por la cantidad, calidad y originalidad de dichos medios.
El educador que mantiene su primacía en el proceso educativo tiene muy en cuenta el nivel y las peculiaridades de los educandos. Entonces adecúa los contenidos educativos, diseña la secuencia y los fines que persiguen, siempre sujetos al sustrato único e irrepetible, de la naturaleza humana.
La tecnología siempre ha sido y seguirá siendo producto de las personas para ayudarlas y lograr efectos con mayor alcance. A veces se utilizan para facilitar la información, o para ampliar horizontes, en nuestro caso para facilitar la educación. Y, ciertamente la facilitan con la condición de la dirección del educador.
En este aspecto, es necesario adelantarse, para impedir, la posibilidad de renunciar a llevar la dirección del uso de los recursos, y colocarse en una posición de retaguardia, dejándose deslumbrar por los efectos que producen.
La pandemia ha acelerado el apoyo de la tecnología en la educación, la ha sostenido y ha incluido a muchos que cuentan con las plataformas necesarias. Sin embargo, también ha expuesto desigualdades notorias por las que grandes sectores no han podido beneficiarse. Esto es un imperioso llamado a la necesidad de acortar las diferencias.
Pero no hay que desfasar ni sustituir el apoyo tecnológico por el contacto personal. Hacerlo así sería un grave error y un retroceso muy grave.
Sin embargo, la tecnología sí facilita despertar el gusto por aprender, ayuda a motivar e impulsar a muchos en un ámbito más amplio. Con la tecnología hay una apertura al cambio y a la curiosidad. Dos aspectos necesarios para el desarrollo, sin embargo, también pueden distraer y obstaculizar. De allí surgen algunos retos para los educadores.
La novedad de tantos recursos, no aportan en sí una transformación hacia la superación. Esa orientación la deben dar los profesionales de la educación y enseñar a las personas con base en las peculiaridades de cada recurso a utilizarlos en función de sus necesidades, y no solamente para matar el tiempo sin rumbo concreto.
Con el uso de los recursos contemporáneos se facilita la flexibilidad para decidir cuál utilizar, pero también se pone a prueba la responsabilidad personal para no dispersarse y perder el rumbo y el tiempo. Actualmente es necesario fortalecer el orden para el aprovechamiento del tiempo, y para optar por el estudio y poder aprender y superarse.
Para superar las tentaciones, volvemos a la certeza de que la educación es una influencia perfectiva humana.
La tecnología ahora aparece sumamente novedosa, pero seguirá avanzando y sorprendiendo. Responderá a las necesidades que surjan y continuará renovándose. Seguirá provocando estupor, por eso, será necesario fortalecer la voluntad de las personas, para que su uso sea muy adecuado y equilibrado.
Se persigue humanizar no robotizar. Para eso podemos hablar de cuatro aspectos: colaboración (trabajo colaborativo), comunicación (comunicación jerárquica), creatividad (compartir ingenio) y criterio (pensamiento crítico). Todo ello con apertura y adecuación.
a) Colaboración: el aprendizaje se ha enriquecido, antes se localizaba en la bidireccionalidad: maestro-alumno, ahora es multidireccional porque aportan los alumnos del grupo, por ejemplo, tiene gran importancia el trabajo grupal para desarrollar la colaboración de todos y la sociabilidad. Hay inclusión de múltiples recursos tecnológicos y por lo tanto aumenta la coordinación para lograr el equilibrio de las influencias docentes, dicentes y tecnológicas. Luego revisar la asimilación personal por medio del estudio singularizado.
b) Comunicación jerárquica: mediante el aprovechamiento equilibrado de la aportación de y en la era digital. Es importante distinguir las posibilidades de los recursos tecnológicos, cada uno tienen sus condiciones y aportaciones. Se pueden utilizar videos, pero también se puede construir otros, etcétera. Dosificarlos y combinarlos con la exposición personal. En todos los casos es importante la selección de los materiales.
c) Creatividad: contando con la colaboración del grupo para tener conectividad. Se trata de sacar lo mejor de otras corrientes. Por ejemplo, del conductismo favorecer los estímulos que produce la tecnología y aplicar el cognitivismo para evaluar las respuestas a los estímulos, finalmente del constructivismo evaluar la eficacia de las respuestas.
d) Criterio: para evaluar las partes del proceso, y el proceso total. El pensamiento crítico tiene un papel importante en esta fase. Seguramente la secuencia de los contenidos mejorarán, así como el modelo tecno-pedagógico.
Con las innovaciones, se hace realidad que:
– Se aprende siempre, también a extramuros de la clase hay continuidad y mucha colaboración.
– El mal llamado constructivismo, es en realidad enriquecimiento por la experiencia compartida. Realmente es aprendizaje comunitario: en y dentro de una comunidad.
– Es imprescindible tener criterio para elegir el material, las herramientas digitales que faciliten el proceso enseñanza-aprendizaje.
– Cuidar el orden para evitar la dispersión. Cuidar también la secuencia y el avance con buenas bases.
– Descubrir las habilidades personales y ejercitarlas en la toma de decisiones en el ejercicio profesional, en la adopción de las innovaciones, pero sabiendo elegir sin deslumbramientos. Promover el aprendizaje autónomo y el grupal, adoptando la experiencia y no la imitación.
– Prestar atención a la real actividad del alumno en su aprendizaje sin confundirla con la agilidad para utilizar los recursos. Es necesario medir el rendimiento en el aprendizaje, en la asimilación y en el sentido que se les da a esos conocimientos para su aplicación.
Te puede interesar: La muerte y el transhumanismo
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com