Educar al pueblo mexicano

Existe una educación formal y otra educación del buen ejemplo y del buen consejo que podemos llamar informal. Ambas sumamente importantes, pero la segunda, porque estamos sumergidos en ese ámbito, puede dejar una huella imperceptible pero mucho más honda para bien o para mal. Lo veremos más adelante.

La educación formal es aquella avalada por el Estado mediante instituciones acreditadas que otorgan los certificados oficiales. Impartida por profesionales de la educación a quienes se mantiene actualizados para impartir los contenidos más necesarios, y preparados profesionalmente para afrontar los desafíos de la sociedad siempre demandante y en continuo cambio.

La educación informal nos compete a todos debido a la natural inclinación de ayudarnos para desempeñar el papel que nos corresponde. Especialmente atañe a los progenitores que saben bien de la responsabilidad natural de no sólo engendrar sino de hacer de sus hijos personas de valía. Y siempre toda persona es un eslabón que colabora con los demás, para enseñarles -con el ejemplo o con advertencias- a ser personas capaces de sostenerse y de colaborar con los demás a su desempeño.

También se mencionan ambientes educativos, esa idea comprende un conjunto de personas activas en un entorno que influye. Los ambientes son producto de la actividad de las personas. Llegan a impactar muy considerablemente, eso nos muestra el poder de cada persona para proyectarse en su alrededor. Las acciones de cada uno imprimen una huella positiva o negativa para la educación, nadie puede evadirse de la responsabilidad del ejemplo.

El ejemplo es el modo cotidiano de influir en los demás. El ejemplo es la manera de conducirnos en las actividades que realizamos y resultan evidentes para los demás. Por eso el padre y la madre cuando conocen a un compañero de sus hijos en la escuela, averiguan su conducta y si es buena no tienen inconveniente de recibirlos en su casa, si no es buena no son bienvenidos y advierten que los prefieren lejos porque dan mal ejemplo y propician la imitación.

La educación, para decirlo coloquialmente, exige entrega para ayudar al hijo o al estudiante a crecer en todos los aspectos. La educación también es acto de recepción agradecida por parte del educando y de donación generosa por parte del educador. La educación no es diversión, es aprender formas de superación, y desencadena el esfuerzo por aplicar lo aprendido para entender los sucesos y evaluarlos con la finalidad de sacar consecuencias y reorientar si es preciso.

Como nos damos cuenta, la educación es una necesidad íntimamente requerida por toda persona, ofrece una variedad enorme de vías para llevarla a cabo, especialmente para los adultos. En esta ocasión, por tratarse de una visión extra académica pero accesible a todos, nos apoyaremos en: la curiosidad, la reflexión y el entusiasmo.

La curiosidad es una tendencia más o menos evidente presente en todas las personas. Nos lleva a detectar los sucesos y a estar actualmente interesados por saber qué sucede. Frente a la curiosidad lo único que tenemos son los hechos. Sin embargo, hemos de asegurarnos que sean verídicos. En este nivel solamente mostramos el interés por saber qué sucede en el espacio y tiempo que vivimos.

Enumero algunos datos de este momento a manera de ejemplo. En nuestro país somos testigos de muchos acontecimientos:

– A partir de estar en el poder el partido actual, periódicamente y sin fallar nos anuncian alto nivel de aprobación. Curiosamente no baja de un 60%.

– Hasta ahora no se ha contradicho la estrategia de ‘abrazos, no balazos’, y ha crecido la inseguridad y la impunidad: asesinatos de políticos y de comunicadores específicamente, la extorsión y todo tipo de violaciones a la justicia incluso en las oficinas del gobierno.

-Aumentó el huachicol y los lugareños saben de la localización de esos manejos.

-Carencia de medicinas aún sin resolver.

-Festejos exorbitantes de navidad, año nuevo o para realzar actividades del gobierno.

-Presupuestos desbordados en todos los proyectos del actual gobierno y muchos sin dar los resultados prometidos en: AIFA, Tren Maya, Dos bocas.

-Gastos innecesarios como sucede en la colonia “cuarta transformación” del Ayuntamiento de Tultitlán. Denuncian altercados y destrozo de letreros de los nuevos nombres de las calles y por invasiones, lesiones y despojos (cfr. artículo del Universal del domingo 26, página A 18).

-AICM el aeropuerto internacional más importante por estar en la capital del país, ejemplo de un funcionamiento excelente en un espacio bastante limitado, ha perdido su antigua categoría con un aspecto deteriorado, comercios muy pobres que ni siquiera muestran lo típico mexicano. En general la imagen no es agradable y los servicios no reflejan la grandeza del país;

– Infraestructuras dudosamente calculadas, pe: tren México-Toluca, la termoeléctrica de Tula, la línea dorada del Metro, por supuesto Dos Bocas y Tren Maya, por mencionar algunos.

-Reducción en los presupuestos para educación, salud, cultura y otros.

La reflexión nos exige tomar postura ante la información recogida. En este nivel ya hay una conciencia activa al poder responder a preguntas sobre el motivo de los sucesos y sus consecuencias. Este aspecto nos llama a influir. De no hacerlo evadimos nuestra responsabilidad ciudadana.

Algunas preguntas relevantes: ¿podemos seguir diciendo que lo hecho en México está bien hecho? ¿Qué futuro se perfila para la juventud con el sistema educativo? ¿La verdad cuál y de quién? ¿La justicia hoy es justicia? ¿Qué reflejan los presupuestos? Y si no tenemos respuestas debemos buscarlas en quienes saben y son confiables. Si nos evadimos es señal de no dar importancia a la educación ambiental. Asunto sumamente grave.

El entusiasmo es un estado de ánimo positivo pues refleja haber encontrado posibles soluciones y modos de participación. Con el entusiasmo se muestra una felicidad vinculada a la esperanza de mejorar los acontecimientos. El entusiasmo no se busca, es un resultado. Si se buscara podríamos caer en un patrioterismo brabucón y, a como dé lugar buscaríamos demostrar que somos los mejores, seríamos fanáticos.

Además, el entusiasmo crece cuando se obtienen más logros, es contagioso y fomenta el sentido de pertenencia y crea vínculos. Los vínculos llevan al agradecimiento a los progenitores, a los maestros, a los directivos, a las instituciones, a la patria. 

Es de desear que el tema de la educación esté relacionado con el alegre entusiasmo producido por el logro de la unidad. La unidad es el más grande bien. No es asunto abstracto sino resultado de pasos concretos: unidad dentro de las familias, unidad como aceptación y respeto a pertenecer a las instituciones: escuela, empresa, patria, continente, mundo. Así seremos parte de los promotores de unidad fraterna. Los mexicanos tienen un sentido fraterno natural, pero sería más sólido y universal con una auténtica educación bien asimilada.

Te puede interesar: México y esperanza

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@yoinfluyo

Facebook: Yo Influyo

comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.