La centralización de los tres poderes. El desprecio de las instituciones… La compra de pipas fantasma. Ante la adversidad, el pueblo de México saca todo lo bueno.
El domingo primero de diciembre una buena representación del pueblo mexicano, marchamos en la Ciudad de México, del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución. Precisamente al cumplirse un año de la toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República.
Al llegar al Monumento de la Revolución, nos explicaron que también a lo largo de la República se hizo la misma convocatoria, en sitios elegidos por allá.
Hicimos caso de las recomendaciones que nos dieron. La idea básica es: “Todos juntos por México”, fueron muchas los grupos que convocaron y pidieron ser cien por ciento pacíficos, sin distinguir partidos u otros aspectos como creencias. Sin dejar basura, sin provocar agresiones. Y todo eso se cumplió.
Cuando llegué, un poco antes de las once, la explanada del Ángel estaba repleta, de modo que también había gente en media cuadra más de una de las vías centrales del Paseo de la Reforma. Y el flujo siguió hasta las doce del día.
Una señora de mediana edad y de posición económica vulnerable, me preguntó qué hacíamos. Le expliqué que era una marcha para expresarle al presidente una serie de inconformidades con respecto a sus decisiones y una larga solicitud de asuntos pendientes. Le dije que sabía que en el Zócalo también había una convocatoria para quienes estuvieran totalmente de acuerdo con López Obrador. Que ella eligiera.
Me preguntó si allí estaba Javier Sicilia, le respondí que sí porque aunque no estaba segura, sí lo estaba de que en la otra no estaría. La señora me respondió: aquí me quedo. Luego supe que no estuvo allí Sicilia.
Circulamos sin problema, el gobierno de la Ciudad de México lo organizó bien. Lo que más coreamos fue México… aplausos, México… aplausos… Totalmente de acuerdo, esto es verdad.
También dijimos: Todos somos México… Todos somos México… Todos somos México. Queremos un México unido… Queremos un México unido… Y, también totalmente de acuerdo.
Muchas más veces se gritó: Fuera AMLO… Fuera AMLO… Fuera AMLO… y ante esto dudo y pienso si estamos preparados para afrontar las consecuencias de lo que pedimos: ¿realmente hemos reflexionado qué sucedería en México si AMLO sale hoy? ¿Quién legalmente tomaría las riendas? ¿Qué tendríamos que organizar para evitar otra debacle? Y todo conforme a la ley, como solicitamos. Estado de derecho… Estado de derecho…
En una tarjeta que repartieron escribieron: “Como individuos somos una gota, unidos somos un tsunami”, y es verdad, por eso hemos de ser más cuidadosos con aquello que gritamos por las calles.
Aunque con menos frecuencia también pedimos: Fuera Evo… Fuera Evo… Y para enriquecer la oportunidad de esta petición, recibí la grabación de una participante en la marcha de Aguascalientes. Una joven boliviana que simplemente comenta una acción de Evo Morales durante su mandato: expropió dos edificios de respectivas familias, donde invirtieron su patrimonio. Esas propiedades Evo Morales las repartió a familias que no trabajan, de modo que en poco tiempo se convirtieron en deterioradas vecindades.
Otro grito: Somos libres, no somos acarreados… Somos libres, no somos acarreados… Esta es una realidad, todas las personas allí mostrábamos saber lo que hacíamos, y lo hacíamos por convicción. Si a cada una nos hubieran preguntado, podíamos dar razón de por qué estábamos allí.
Con muchísima frecuencia pedimos justicia. También seguridad… seguridad… seguridad… Ya basta de impunidad… ya basta de impunidad… ya basta de impunidad… Es un sentir generalizado y una demanda que no se puede soslayar por más tiempo.
En muchas pancartas se denunciaban actos de corrupción en la 4T: la imposición de la señora Piedra, la construcción del aeropuerto en Santa Lucía, la gestión del delegado Carlos Lomelí, despidos masivos, escases de medicinas, impunidad ante crímenes. Sobre todo lo más grave es la violación a la Constitución y a las leyes. La centralización de los tres poderes. El desprecio de las instituciones… La compra de pipas fantasma.
Multitud de fotos de las pancartas dan testimonio innegable de todo lo que se pidió.
Otro gran capítulo es la libertad de prensa… libertad de prensa… libertad de prensa.
A partir de las 12 horas fuimos llegando al Monumento a la Revolución, esperamos algo más pues todavía había personas en el Paseo de la Reforma.
Inició el mítin con el canto de dos estrofas del Himno Nacional. Luego tomó la palabra un escritor del diario Milenio. Luego se pidió que pasaran los miembros de la familia LeBarón. Subieron Julián y Adrián. Hicimos un minuto de silencio. No caben más palabras.
Habló Beatriz Pagés para abordar temas importantes como la unidad del pueblo mexicano, el apoyo a la familia LeBarón y acentuó tantas demandas como aparecieron en las pancartas.
El discurso de Adrián LeBarón, dispuesto a mostrar al mundo la tremenda vejación a su familia, es una manifestación de la espantosa muestra del deterioro humano. No se debe repetir, nunca más, nunca más. No puede quedar en la impunidad.
Ante la adversidad, el pueblo de México saca todo lo bueno. Y, lo bueno ahora es el despertar de la conciencia que ha de dar paso a la constante y comprometida participación ciudadana, en todos los niveles y en todas las edades.
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