No cabe duda. Las principales características de los voceros de la candidata oficialista son la soberbia, ceguera e indolencia.
Claudia Sheinbaum los eligió a su imagen y semejanza; se presentan en todos los espacios públicos de debate con un aire de superioridad moral para descalificar no a sus interlocutores, sino a la realidad, la contundente verdad que se asoma en los datos oficiales y que describe el país que se niegan a ver.
Para muestra, baste el botón de Arturo Zaldívar en el programa matutino de Ciro Gómez Leyva, del 26 de marzo, quien de manera mentirosa y con desdén, expresó puntos de vista y comentarios tendenciosos, perversos, en materia de seguridad. De ahí que por conducto del mismo Ciro, envíe un mensaje porque no podía dejar pasar semejante engaño sobre la evasión de la responsabilidad del gobierno federal para combatir al crimen organizado y que él, como ministro, debía saberlo.
Ciro: “nos escribe alguien que fue legisladora… La responsabilidad de combatir al crimen organizado es del gobierno federal, eso lo debe saber el ministro Zaldívar“.
Arturo Zaldívar: “Ah, caray. Pues que legisladora, perdón tan ignorante. Ahora resulta que todos los delitos son federales… por eso estamos como estamos, una legisladora federal, supongo que del PAN, diciendo que todo es federal. Ah, no pues… qué padre… entonces pues mis gobernadores y mis gobernadoras no tienen responsabilidad…”.
Ciro: “nos dice la ex legisladora… Adriana Dávila… que no le puedes decir ignorante…”.
Arturo Zaldívar: “bueno, yo no la conozco, yo me refería a su opinión, su opinión me pareció ignorante de pretender que toda la seguridad sea materia del gobierno federal. ¿De qué partido es la legisladora?… del PAN, ven…”.
Pues bien Arturo Zaldívar, dado que decidiste desacreditar una voz distinta a tu línea editorial, con la certeza de no tener alguna réplica y dado que, al momento de solicitar el derecho a expresar mi opinión, fiel al comportamiento 4teísta, decidiste no escucharme, me presento, soy Adriana Dávila.
Tus expresiones llenas de prejuicios por mi militancia solo hacen evidente la terrible limitante que tienen los cuatroteístas para dialogar con quienes piensan distinto, con quienes tienen otra visión del país y con quienes denuncian las graves acciones y omisiones de este gobierno federal que se negó a representarnos a todos.
Pertenezco al partido en el que militó el presidente de la República que te propuso para ser ministro y a quien tanto descalificas.
Pertenezco al partido que, reconociendo el valor de la pluralidad, con sus votos te brindó la confianza para desempeñar el alto cargo de juez supremo de la Nación.
Tú perteneces a la tribu de los conversos que, por conveniencia personal, se niegan a aceptar que las cosas no van bien y son indolentes ante el dolor que lastima al grueso de la población, porque son ustedes los que cuidan sus privilegios, esos de los que han gozado en los gobiernos de todos los colores y que ahora simulan haber renunciado, frente al que llaman “pueblo bueno”.
Por eso defiendes una estrategia de seguridad que evidencia complicidad con el crimen organizado, un sistema de salud que dejó enlutados a más de un millón de hogares, una política pública que desdeña a las mujeres, un gobierno corrupto que mal construye obras y les triplica el costo.
Defiendes a una candidata que es la responsable de que el principal medio de transporte en la Ciudad de México esté hecho un desastre y cause la muerte de personas.
Defiendes a la candidata que se niega, como su jefe, a escuchar a las madres buscadoras y les pide que entierren su dolor y mejor presenten propuestas. Tú defiendes un sistema político que, ante los problemas, culpa al pasado y pone pretextos.
¡Con qué calidad moral puedes cargar la toga de ministro en retiro, cuando se derrumbó -al igual que la línea 12 del metro- tu credibilidad al tomar partido en la impartición de justicia; se desmoronó tu autoridad jurídica al descalificar lo que dice la norma, se colapsó la balanza de la imparcialidad porque, ante tu sentencia temeraria, perdiste el equilibro y la equidad en tu monólogo público!
Sí, soy panista y sostengo que es responsabilidad de este gobierno la estrategia de seguridad. Sostengo que es responsabilidad del gobierno federal combatir al crimen organizado, porque la ley sí es la ley. Ahí está la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Y sostengo, sin dudar, que el país no va bien.
El problema que tienen los cuatroteístas es que no saben escuchar, dialogar ni debatir con argumentos y lo único que ansían es imponer su credo patriarcal. Prometen y solo prometen, y cuando en serio les llega la responsabilidad, prefieren despilfarrar los recursos del erario en obras faraónicas en lugar de enfrentar y atender los problemas nacionales.
Yo, como millones de mexicanos, queremos un México donde se priorice la vida, la verdad y la libertad. Por eso, ministro, el cambio es con Xóchitl Gálvez.
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