El proceso electoral 2024 ha concluido su primera etapa con el cómputo de todas y cada una de las casillas, donde se depositaron los votos ciudadanos para elegir a sus representantes. El resultado para la oposición y, específicamente para Acción Nacional, ya todos lo conocemos y no es alentador.
Sin embargo, me parece fundamental, en la antesala de la emisión de la convocatoria para elegir a la nueva dirigencia del PAN, plantear lo siguiente:
Algunos compañeros han hecho pública su intención de encabezar la dirigencia nacional y han externado su visión de las cosas. En mi caso, por supuesto que es mi deseo ser la primera mujer electa por los panistas para dirigir al partido en el que he trabajado todos estos años y el único al que he pertenecido.
Pero la pregunta que todos deberíamos hacernos no es sólo quién, sino para qué.
Escuché con atención el llamado a no dividir al PAN en estos momentos. No puedo más que coincidir que es fundamental la cohesión interna, pero eso sólo puede lograrse si se acepta que llevamos años divididos y lo que es peor, existe un enorme alejamiento de las dirigencias nacional y estatales hacia la militancia.
La unidad debe construirse desde el reconocimiento de que los espacios de discusión y debate para la toma de decisiones están completamente cerrados. Las comisiones permanentes, así como los consejos nacionales y estatales, han sido disminuidos a simples oficialías de parte. La militancia ha sido ignorada e incluso ninguneada por quienes encabezan Acción Nacional.
Hay quienes han expuesto que debemos recuperar nuestros orígenes y causas, lo cual nadie puede refutar, sobre todo cuando la advertencia del extravío doctrinario e ideológico la han hecho propios y extraños, también desde hace años.
Pero, además, es fundamental que se entienda que recuperar el camino implica no solo la defensa de la vida, sino la lucha municipalista y por el federalismo; la democracia interna y externa; el combate a la corrupción; la defensa de los derechos humanos; la formación de ciudadanía y el involucramiento de la sociedad en nuestros trabajos de organización, entre muchos otros aspectos.
Es muy difícil exigir al gobierno federal la rendición de cuentas en el uso de los recursos públicos, cuando nuestras dirigencias ocuparon la mayor parte de su tiempo en la defensa de actos que nos ponen contra la pared, cuando los acuerdos con otras fuerzas políticas incluyen la entrega de notarías y oficinas de recaudación, que no solo otros nos evidencian, sino que se hacen públicos desde la casa, sin ninguna consecuencia. Eso, de ninguna manera, nos hace distintos ni distinguibles.
Se plantea también que en la elección de la nueva dirigencia debe participar la sociedad civil. Comprendo el sentido de la propuesta y coincido en que es fundamental tomar en cuenta a las y los ciudadanos, sin embargo, me parece fundamental empezar por llamar a los militantes, porque no debemos repetir la historia de la elección presidencial.
Tuvimos un proceso inconcluso, invitamos a la sociedad, que respondió con enorme entusiasmo y mucho compromiso, pero los dejamos afuera de nuestra casa, no les permitimos la entrada a la institución.
¿Cómo involucrarlos, si la puerta del PAN está cerrada por dentro?
Primero, hay que asumir el reto de cambiar las llaves de mano, para que los procesos de afiliación y participación partidista no sean un muro que impida y ahuyente a los mexicanos interesados en aportar sus conocimientos y capacidades en la construcción de un mejor país. Los panistas debemos escuchar el reclamo que millones de ciudadanos nos han hecho en las urnas desde hace tiempo.
Para quienes dicen que no es momento de señalamientos, mi pregunta es ¿entonces cuándo?
Llevamos años en la eterna reflexión, lejos de la autocrítica y también de la evasión de responsabilidades. Llevamos años en el círculo vicioso en el que unos cuantos se ponen de acuerdo ante el dolor, la decepción y el enojo de miles.
Y desde aquí pregunto a los militantes de Acción Nacional: ¿qué tan dispuestos estamos a hacer que las cosas cambien para el bien de México? ¿Qué tan omisos seremos para permitir que se reedite la historia?
Yo, doy un paso al frente para que en el PAN volvamos a respirar democracia y seamos capaces de construir el porvenir posible y los invito a caminar conmigo.
Te puede interesar: ¿Cómo no indignarse?
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com
Facebook: Yo Influyo