Ansiedad, temor y peligro en casa

La Red Nacional de Refugios reporta que, en lo que va de este 2020, las llamadas y los mensajes que han solicitado ayuda en este período de sana distancia aumentaron en un alarmante 80 por ciento.


Peligro en casa


Preocupantes las noticias, las imágenes y las cifras a nivel nacional e internacional sobre el incremento significativo de los casos de violencia hacia las mujeres y los hijos que ha detonado el confinamiento por la crisis sanitaria. El tiempo de permanencia en los hogares ha incrementado la carga de actividades en las mujeres a lo que, por desgracia, en muchos casos se añade que en el ambiente familiar se respira ansiedad, temor y peligro.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la violencia contra las mujeres, en sus variadas formas de hostigamiento, acoso sexual, violación y pornografía infantil, creció en un 60 por ciento; las llamadas a los números de emergencia son muchas y constantes. La realidad en datos en el país indica que, de enero a marzo, se reportaron 46 mil 783 casos de violencia hacia las mujeres; es decir, hay un aumento del 2.93 por ciento, en tanto que la Secretaría de Gobernación estima un incremento de entre 30 y 100 por ciento.

La Red Nacional de Refugios reporta que, en lo que va de este 2020, las llamadas y los mensajes que han solicitado ayuda en este período de sana distancia aumentaron en un alarmante 80 por ciento. Ante estas cifras que han dado lugar a diferentes investigaciones, diagnósticos, análisis y foros, y pese a las evidencias de lo grave de este problema, el presidente, según sus propios datos, dice que no se ha notado un incremento de la violencia contra las mujeres. No me sorprende, si desde el inicio de su administración ha menospreciado la perspectiva de género, más ahora que su gobierno está rebasado y no tiene dimensión de la crisis que enfrenta.

Es preocupante que minimice el problema cuando alude a la medición de las denuncias existentes como parámetro para justificar la situación: “si no hay tantas denuncias, entonces el problema no ha crecido”. ¿Sabrá el presidente de las circunstancias de violencia familiar y la manera en que se puede denunciar después de un evento de violencia física? ¿O si las mujeres tienen información sobre cómo denunciar sin que ello les cueste la vida, o si tienen los medios para poder hacerlo? ¿O qué las condiciones en que se puede denunciar en zona urbana no son las mismas que en las zonas rurales?

Lo que López Obrador hace es manipular la información, utilizar los datos duros a conveniencia y, lo peor, no tomar cartas en el asunto, porque a su parecer, no hay nada que hacer.

En pocas palabras, el presidente, con sus propios dichos, invisibiliza la violencia doméstica, muy a pesar de que la secretaria de Gobernación reconoce que la violencia contra las mujeres en esta cuarentena es una “pandemia silenciosa”.

El maltrato y la violencia física hacia las mujeres es una realidad y en esta pandemia, muchas de ellas luchan por sobrevivir, porque conviven día a día con sus agresores y porque nadie conoce el alcance de los momentos de furia que, incluso, pueden hasta causar la muerte. Lo cierto es que estos hechos dejan profundas huellas físicas y psicológicas.

¿Con qué confianza pueden las mujeres solicitar ayuda legal, si el titular del Ejecutivo no cree en el alcance del problema? El colmo es que reconoce que “el machismo existe”, pero que también hay “mucha fraternidad familiar”; o que responsabilice a las hijas del “cuidado de las personas mayores, porque es costumbre nacional y los hombres somos más desprendidos”. ¿Cómo, con estas declaraciones presidenciales, las autoridades pueden tomar en serio el problema y actuar de manera pronta y expedita frente a cualquier denuncia o situación de riesgo?

El “quédate en casa” debería estar acompañado de una campaña para evitar agresiones hacia las mujeres. El gobierno está obligado también a cuidar y proteger a las mujeres antes, durante y después de los hechos; es decir, implementar acciones para prevenir, investigar, sancionar y reparar los daños ocasionados por el maltrato familiar. Es urgente que se implementen acciones con perspectiva de género.

Este gobierno ha sido omiso ante las manifestaciones de violencia contra las mujeres y contra el feminicidio. En promedio, se han recibido 155 llamadas de mujeres que son violentadas, agredidas, vejadas, lastimadas cada hora, y 10 son asesinadas cada día por el hecho de ser mujeres. ¿Cuántas vidas más tienen que perderse para que el presidente reconozca que también hay una pandemia de violencia de género en estos momentos? ¿Cuántas vidas más van a costar la indolencia, la impunidad y la omisión del Estado?

Van 18 meses de esta administración y no podemos permitir que el Ejecutivo siga evadiendo su responsabilidad de velar por la seguridad e integridad de las mujeres. Es necesario poner un alto y denunciar.

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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