En víspera de la elección que puede definir el rumbo de México en al menos las próximas tres décadas, mucho se ha hablado
de la participación de los jóvenes en los procesos electorales. La mayor parte de los estudios arrojan que este es el sector que menos vota.
Las causas son muchas y variadas; sin embargo, quiero apuntar especialmente a la responsabilidad de los partidos políticos que, desde mi particular punto de vista, han abandonado la formación de cuadros y la propuesta política que debería dar sentido y rumbo a la participación juvenil.
Estoy segura de que en 2018 muchos jóvenes que sólo conocían los gobiernos del PAN y lo que se hizo llamar “el nuevo PRI”, encontraron en el candidato de Morena cierta esperanza, pues la única referencia que tenían era la de esos gobiernos ahora considerados “neoliberales”. Poco les hablamos de las luchas democráticas del pasado y los logros de la transición en México.
Pero luego de seis años de este gobierno, que miente y retrocede a pasos agigantados, me resulta fundamental reforzar el llamado a este grupo poblacional a acudir a las urnas el próximo 2 de junio, pues el país que pensamos habíamos dejado atrás, con Andrés Manuel López Obrador está más presente que nunca, y lo que es peor, con algunas agravantes que me permito citar:
Durante los primeros tres años del gobierno obradorista, el Inegi contabilizó la muerte de 40 mil jóvenes con armas de fuego, 72% más que en el sexenio de Enrique Peña Nieto. No ha sido este el único indicador que ha tenido incrementos, las detenciones de jóvenes por homicidios, lesiones y delitos contra la salud aumentaron 16% también en este periodo.
Y por si fuera poco, el gobierno obradorista está haciendo estragos en la niñez. El asesinato del pequeño Emiliano, en Tabasco, y sus últimas palabras que marcarán para siempre al país: “¡NO ME QUIERO MORIR!”, y luego su revictimización cuando el gobierno infirió sus posibles vínculos con grupos criminales para evadir su responsabilidad, evidenciaron que quien prometió combatir las causas que generan la violencia en México, solo las potencializó: En el obradorato cerca de cinco mil niños y adolescentes han sido asesinados.
Sin embargo, a una semana de elegir un nuevo gobierno, tengo la esperanza de que millones de jóvenes acudan a las urnas para elegir un mejor camino que el que hoy transitamos.
Estoy segura de que los jóvenes le apostarán a la vida, la verdad y la libertad, porque miles de ellos, junto con millones de ciudadanos en estos meses, se han encargado de trabajar para corregir el camino que desde los partidos políticos está extraviado, porque no se han dado por vencidos, porque saben que no pueden dejar su presente y su futuro en las manos de quien les ofrece desgracia, desperdició el bono democrático que le fue dado y de quien hoy promete un segundo piso cimentado en lodo.
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