La esquizofrenia de Trump
Donald Trump ha demostrado un desequilibrio esquizofrénico por sus actitudes y declaraciones contra México.
Donald Trump ha demostrado un desequilibrio esquizofrénico por sus actitudes y declaraciones contra México.
Si hablamos de trabajo sin hablar de persona, el trabajo se convierte en algo inhumano. Si olvidamos a la persona olvidamos al trabajo. Si hablamos de una persona sin trabajo, estamos ante algo incompleto. Y los sindicatos están presentes antes, durante y después del trabajo.
Los presidentes de México tienen un poder calificado de metaconstitucional, son los mandones, y lo han sido más en la medida en que ellos quieren; López Obrador supera a todos con la fórmula sencilla de sus entrevistas mañaneras, donde dice cuanto quiere, acusa a quienes desea, anuncia planes, y si se equivoca, simplemente, corrige.
Nadie en su sano juicio puede decir que trabajar con políticas públicas que beneficien a la familia y generen condiciones de bienestar es una política equivocada, nadie puede generar divisiones de conservadores o liberales, de izquierda o de derecha, a programas que se han comprobado funcionan y cumplen objetivos de superar dificultades personales.
Las maquiladoras que se encuentran en el norte del país se muestran como empresas solidarias con sus empleados y empleadas, pero realmente son todo lo contrario; son un símbolo de explotación laboral y de violaciones a los derechos de los trabajadores.
Han pasado dos meses con AMLO como presidente de México y nada es como se pintaba en campaña, pues sigue prometiendo cosas sin terminar de hacer las que ya ha comenzado y sus decisiones han afectado al pueblo de mexicano.
La atracción al enamoramiento no es solo algo del físico, sino también algo de lo que representa esa persona más allá; una persona es rica por sus metas, logros, conocimientos y aspiraciones en la vida, no por lo atractivo o atractiva que pueda llegar a ser. Esto es algo que hay que tomar en cuenta antes de casarse.
AMLO en sus conferencias y entrevistas opta por no contestar ante las interrogantes de lo que ha provocado su 4 transformación a México, como lo decía aquel dicho: “Pregúntenle al diablo”.
Señor presidente, ya no es posible seguir escuchando en su conferencia mañanera sus ocurrencias y pretextos para seguir con la popularidad que tiene. Ya no está en campaña, ya no puede seguir ofendiendo y descalificando a las instituciones y personas que no comparten su opinión o que señalan la situación real de México en su economía y sus dependencias.