El viejo Tomás, anciano venerable tan humano y tan querido y a quien con frecuencia acudíamos para pedirle un sano consejo, nació en la Ciudad de México el 29 de agosto de 1907.
La ola de violencia que estamos viviendo en México es responsabilidad del obradorato, pero es algo que tenemos que atender todos los mexicanos, porque no hay país, sino hay seguridad.
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