La ausencia de la presencia habitual de los progenitores, por la infidelidad, el divorcio o las demandas laborales tienden a compensarla con la sobreprotección de los hijos.
Mientras haya pobres en México los macabros personajes como AMLO, y sus marionetas, podrán repetir la tragedia del pasado 2 de junio cuantas veces quieran.
No se puede confundir el proveer lo necesario para los hijos con el trato, el amor paterno, y la importancia de la figura masculina en la familia, en especial de padre.
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