Para el futuro ya cercano, Acción Nacional, por su propia supervivencia y logros por el bien común, que tanto necesita México, deberá ser encabezado por líderes, no por simples herederos del poder interno.
Vivimos el peor de los procesos electorales desde que México, gracias a la lucha por la transición democrática se dieron desde finales del siglo pasado, arribamos a una imperfecta, pero real democracia.
Quizá parte del problema es el partidismo que se ha confundido con la democracia, y eso viene de diseño y su raíz es tan fuerte como el presidencialismo.
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