Las consecuencias de este dictamen son la anulación de la propia justicia y la instalación de los intereses de determinadas personas y hasta de criminales.
El futuro es incierto, a pesar del compromiso sólido de 43 senadores de votar en contra, ha ocurrido en otras ocasiones que algunos dicen una cosa y hacen otra.
¿Huele a algo orquestado al servicio de intereses supranacionales? Así parece. Las operaciones políticas siguen las prescripciones del Foro de Sao Paulo.
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