Es muy difícil ser objetivo con Andrés Manuel. El ciudadano lo aborrece o lo adora. No hay términos medios. Los medios le ponen apodos, se burlan de su acento, de su edad, de su origen.
Sus adherentes le creen todo, sin cuestionar lo que dice. Tratar de ser objetivo acerca de él es probablemente inútil y termina uno cayendo mal a todos los bandos.
Su trayectoria: Entra en la UNAM en la facultad de ciencias políticas, en 1973. En algún momento entra al PRI a mediados de los setentas. Ejerce distintos puestos en el gobierno priista de Tabasco de 1976 a 1983, regresa a la Ciudad de México en 1984 para ocupar un puesto en un organismo federal y se gradúa en 1987. Se adhiere a la Corriente Democrática del PRI, a lo que sería después el PRD. Regresa a Tabasco y en 1988 se lanza como candidato a Gobernador del estado, pierde y reclama fraude. Nueva candidatura en 1994 a gobernador tabasqueño. Vuelve a perder, bloquea pozos petroleros. Organiza una marcha a México, donde lleva las pruebas del fraude, según sus contrincantes, en cajas vacías. Presidente del PRD de 96 a 2000, gobierna el DF de 2000 a 2005, pierde dos campañas presidenciales, alegando fraude, se sale del PRD y forma el Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA y actualmente es candidato a presidente por tercera vez.
Según sus seguidores, Andrés Manuel es socialista. El socialista más puro, según ellos. Por supuesto, si definimos socialismo como la intervención profunda del Estado en la economía, el es socialista. Pero, en menor grado, sus contrincantes también proponen mayor intervención estatal, de alguna manera. Es populista, dicen sus oponentes. Pero, hasta ahora, los candidatos también han hecho propuestas populistas. Autoritario, le dicen. Voluntarista. Iluso. Pero, en alguna medida, a todos se les puede decir lo mismo.
Tal vez, el mejor modo de describir a Andrés Manuel es como doña Ester Zuno definía a su marido, el presidente Echeverría. Ella decía que su marido era un animal político. Eso es Andrés Manuel. Un hombre que vive, come, respira política. Un hombre capaz de generar grandes entusiasmos y grandes odios. La salvación y un peligro. Lo cual no quiere decir que sea un buen gobernante. Que es lo que importa.