Durante muchos años, y en casi en todo el mundo donde hay elecciones, las campañas electorales tienen dos temas persistentes: la economía y la inseguridad.
El presidente López Obrador pasó de controlar la agenda pública a ser una fuente de mensajes fallidos y pifias. Y al volverse más reactivo, más se hunde.
La precampaña de la candidata del oficialismo se sacudió la semana pasada, después de llevar una ruta sin mayores sobresaltos y con un ascenso marginal
En los próximos meses los acontecimientos que aún no conocemos y la habilidad de generar tácticas creativas en el día a día, podrían dar vuelcos a las tendencias actuales.
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