La familia es la base de la formación y educación, de la transmisión de los valores y de la concepción del mundo.
El presidente de la República propuso en su agenda crear una constitución moral, luego publicó un libro de ética que dicen que circuló con el apoyo de los evangélicos y ahora ha dado a conocer una Guía de ética para educar a los mexicanos. Ésa se entiende que es su estrategia de fondo contra la corrupción, y tiene razón. Sin embargo, los buenos maestros deben dar ejemplo a sus alumnos, pues como dice el dicho, las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra.
El ejemplo da autoridad moral a quien propone una conducta. Conviene analizar si la actual administración está dando ejemplo que, más allá de un librito, mueva a los ciudadanos a un comportamiento ético. Ya varios de nuestros gobernantes del pasado lo intentaron, de palabra, y resultaron reprobados. Y aunque el actual sexenio no ha terminado, hagamos un examen parcial de los dos primeros años, de acuerdo con la anunciada Guía.
El primer punto habla del respeto a la diferencia, de tal suerte que se evite “imponer” nuestro mundo a los demás. De esto da ejemplo el presidente atacando a los disidentes, ya sean analistas, medios de comunicación, empresarios o políticos. Su respeto por los demás se manifiesta en los apodos o calificaciones que impone a los otros: neoliberales, corruptos, fifís, etc. Además, en el sistema educativo se pretende imponer la ideología de género, totalmente anticientífica. REPROBADO.
El segundo punto habla del respeto a la vida. Ciertamente el Gobierno federal no ha avanzado en materia de legislación del aborto, pero tampoco ha dado marcha atrás a la legislación que lo autoriza en algunas circunstancias. Sin embargo, existen disposiciones de tipo sanitario, como las NOM en las cuales se autoriza el aborto “en caso de violación”, sin que existan pruebas legales de la misma. Al mismo tiempo, y violando el primer principio, se fomenta una educación sexual promiscua cuyos efectos son el incremento de los embarazos de niñas y adolescentes, que en muchos casos terminan en abortos. Para ello, se viola la patria potestad. REPROBADO.
Respecto del tercer punto, de respeto a la dignidad de las personas y la no humillación de nadie, ya queda hecha la referencia de la forma como en las mañaneras el presidente insulta y humilla a quienes no se le pliegan. REPROBADO
En México aún contamos con ámbitos de libertad, como señala el punto cuarto, pues sin ella no hay auténtica libertad. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la paz social. Los niveles de violencia a los que hemos llegado son superiores a los del pasado reciente y van en crecimiento, lo cual limita la libertad y la seguridad. REPROBADO.
Coincidimos con el quinto punto de la Guía, en que el amor al prójimo es la esencia del humanismo. Pero eso implica el reconocimiento de la naturaleza humana como punto del humanismo, y las expresiones ideológicas del actual gobierno, en expresiones de sus funcionarios y legisladores, dejan mucho que desear respecto del amor al prójimo. REPROBADO.
Considerar que no hay mayor alegría que la felicidad de los demás, como señala el sexto punto, resulta un tanto equívoco. Si esta felicidad es producto de que se busca su bien, es correcto. Pero inundar de manera preferencial la zona donde viven los pobres, eliminar guarderías, cancelar la ayuda a los niños y mujeres con cáncer y una mala estrategia de combate a la pandemia, no son el mejor camino para lograr el mayo bien posible y, menos, sembrar felicidad. Del sufrimiento de placer. No hay mayor alegría que la felicidad de los demás. REPROBADO.
El séptimo punto tiene toda la razón, aunque habría que ver cómo se considera ético el que alguien no sepa de dónde viene puesto que difícilmente sabe a dónde va. Sí en lo personal es una deficiencia que requiere un auxilio de orden espiritual, sicológico y educativo, resulta grave en un gobierno que no sabe a dónde va, pues está plagado de contradicciones.
Considerar la gratitud como la mayor virtud de una buena persona, como dice el punto octavo, resulta muy exagerado. Hay otras virtudes de mayor valor que soportan la gratitud. Ciertamente hay que ser agradecido. El peligro es promover la “gratitud” de quienes reciben apoyos de los programas sociales del gobierno, con votos electorales. REPROBADO.
Ciertamente el perdón libera a quien lo otorga y a quien lo recibe, como indica el punto nueve. Sin embargo, aunque esta es una virtud en lo personal, su administración en lo social requiere un claro discernimiento, pues también es necesaria la justicia. Cuando se proponen “abrazos y no balazos”, como una política para atender el problema del narcotráfico, liberar a un delincuente cuando es buscado y está detenido, junto con las dos pesas y dos medidas para perseguir la corrupción, perdonando a los señalados públicamente del pasado, cuando están integrados al equipo y perseguir a quienes no se han sumado al mismo, no es, precisamente, una buena conducta. REPROBADO.
Respecto del décimo punto es claro que no se debe enfrentar el mal con el mal, pues el fin no justifica los medios. Sin embargo, pretender combatir las drogas aprobando su consumo, viola este principio. A las drogas no se les combate con las drogas.
Afirmar que la buena ley debe moderar la opulencia y la indigencia resulta un tanto peligroso. ¿De qué se trata, de quitar a unos para dar a otros? Cierto que se requieren leyes que favorezcan la justicia social y promuevan el desarrollo, pero esa expresión ha justificado en otros países políticas que moderan la opulencia igualando a todos, menos a los gobernantes, en la pobreza. Es cierto que no puede haber trato igual entre desiguales, por lo que en lo pertinente deben distinguirse las diferencias entre niños, adultos y ancianos; pobres y ricos, hombres y mujeres, cosa que no se hace siempre. SUFICIENTE.
El punto décimo segundo trata de la verdad, la palabra y la confianza. No mentir, no robar, no traicionar. Los analistas señalaban hasta mayo del presente año, que el presidente había dicho 40 mil mentiras. De lo demás, ni hablar. REPROBADO.
Punto décimo tercero. Ser fraterno es hacer propios los problemas de los demás. APROBADO.
Al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie. Todo por la razón y el derecho, nada, por la fuerza, reza el punto décimo cuarto. Pero cuando la ley no va de acuerdo con los deseos presidenciales o el pueblo lo pide, no hay que respetar la ley, dice el presidente. REPROBADO.
El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás, cierto. Ya es hora que los gobernantes se pongan las pilas. REPROBADO.
No hay mayor satisfacción que tener trabajo y disfrutarlo, dice el décimo sexto punto, pero más que una norma ética es una necesidad humana. Pero al Gobierno no le importó la pérdida de empleos con motivo de la pandemia. REPROBADO.
Del punto décimo séptimo que expresa que no es más rico el que tiene más sino el más generoso, de acuerdo. Pero el gobierno NO es generoso, en todo caso, es socialmente responsable, no da de lo suyo, sino de lo que recibe de quienes pagan impuestos.
Los compromisos se cumplen, cierto como dice el punto décimo octavo. Pero no ocurre así en la administración pública. REPROBADO.
La familia es la principal institución de seguridad de México, dice el punto décimo noveno. Pero la función de la familia va más allá de la seguridad. La familia es la base de la formación y educación, de la transmisión de los valores y de la concepción del mundo. Sin embargo, sistemáticamente el sistema educativo mexicano y el derecho civil, niegan derechos a la familia y fomentan concepciones equivocadas sobre la misma. REPROBADO.
De los animales, las plantas y las cosas. Al cuidar el aire, el agua, la tierra, las plantas, los animales, las cosas, nos cuidamos todos, cierto. Se requieren más acciones al respecto. SUFICIENTE.
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