Los derechos laborales de las mujeres han quedado vulnerados en medio de la recesión económica y la lucha contra el COVID-19 y difícilmente podrán reponerse si el gobierno federal no impulsa medidas extraordinarias.
La pandemia ha dañado no sólo la salud de millones de personas también ha repercutido negativamente en la economía, calidad de vida y desarrollo de la población, particularmente de las mujeres quienes debido al confinamiento y a las reducidas oportunidades laborales, ha visto incrementarse sus cargas de trabajo y obtener una menor retribución, advirtió Pilar Manrique Medellín, consejera del Instituto de Política Laboral (IPL).
Observó que las repercusiones negativas para las mujeres en el ámbito laboral se han dado tanto en el sector público como en el privado al presentarse despidos de empleos fijos y temporales, disminución salarios, aumento de jornadas laborales y horas de trabajo doméstico, así como escasa reinserción en plazas laborales de nueva creación.º
Subrayó que los derechos laborales de las mujeres han quedado vulnerados en medio de la recesión económica y la lucha contra el COVID-19 y consideró que difícilmente podrán reponerse si el gobierno federal no impulsa medidas extraordinarias que logren revertir el deterioro en el que se han sumido.
Manrique Medellín aseguró que las afectaciones que se derivan del cierre de la economía y la pérdida plazas se presentaron más en aquellos sectores en donde cerca del 80 por ciento de la fuerza laboral y productiva es ocupada por las mujeres, como son la industria turística, el sector comercio al mayoreo y menudeo, los servicios de administración inmobiliaria y administración de empresas, el sistema de salud, sanitario y de asistencia social, y el trabajo doméstico.
La consejera del IPL agregó que las dificultades para las mujeres también se han trasladado a los hogares y las tareas domésticas las cuales se han intensificándose aún más.
“Si en períodos de normalidad las mujeres dedican buena parte de su tiempo a tareas no remuneradas, como es el cuidado de niños, familiares enfermos o adultos mayores, en tiempos de COVID-19 esas laboras ocupan tres cuartas partes de su tiempo diario e incluso, hay casos extremos que han tenido que ocupar las 24 horas del día, cuando tienen bajo su cargo a enfermos de gravedad, lo cual incrementa los niveles de cansancio y estrés para las mujeres”, subrayó.
En particular, se refirió a la situación que envuelve a las mujeres que profesionalmente se desarrollan en el sector salud y quienes, dijo, están teniendo una doble o triple situación de riesgo, además que constituyen un sector mayoritario en México en el que trabajan, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), 41 por ciento es personal médico y 82 por ciento personal de enfermería.
Al respecto de las mujeres que laboran en el sector salud, Manrique Medellín señaló que “cuando mencionamos que están sometidas a doble o triple riesgo y jornadas de trabajo no remuneradas, es porque están expuestas al virus por el trabajo que hacen, pero también porque deben atender sus labores domésticas, extendiendo su jornada de trabajo al hogar, para cuidar a sus hijos, personas de la tercera edad o incluso enfermos contagiados por el virus o de cualquier otro padecimiento y donde se encuentran muchas veces con violencia doméstica que en estos tiempos de pandemia, se ha disparado”.
Pilar Manrique quien se desempeñó como coordinadora de Educación de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) en su oficina de Brasil, y ocupó diversas responsabilidades en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, además de ser coordinadora Nacional del proyecto equidad y género para la Unión Nacional de Trabajadores, resaltó que la brecha de equidad entre hombres y mujeres que estaba siendo atendida para cerrarse antes de la pandemia, ahora se agranda por la falta de apoyo efectivo del gobierno y la nula aplicación de criterios de equidad y género en la etapa de reactivación económica.
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