Ahora el problemón es para quienes como fiscales deberán investigar estas denuncias de presuntos delitos, pues por un lado son vistos como fieles al presidente, pero actuando a la vista del mundo.
Los cálculos políticos del presidente y sus asesores han resultado un problema que no imaginaron, con el trato dado al exdirector de Pemex, Emilio Lozoya. Se le ha dado un trato preferencial, a cambio de su colaboración para despedazar a los personajes y partidos que quiere vencer en las elecciones del 2021.
Se había hablado de varios videos que Lozoya habría traído a México y que mostrarían la corrupción de la cual él fue supuestamente parte. Pero serían pruebas en un juicio, y no ha sido así. Públicamente no se sabe si existen dichos videos de “adversarios” (de AMLO) recibiendo sobornos para aprobar la reforma energética en la administración de Peña Nieto. Pero publicaron uno y allí empezó la comedia de los videos, revertida a AMLO sin que lo imaginaran él y su equipo.
El video que triunfalmente presentó AMLO en una mañanera, como “prueba de corrupción”, muestra a dos funcionarios panistas del Senado, recibiendo paquetes de dinero en efectivo, pero no se muestra quién los entrega (se cuida de no dar la cara), y sin que se identifique su voz. Sin embargo, en el video no se muestran los motivos y origen de la entrega de esos dineros, ni la finalidad de entregarlos a los panistas o a sus destinatarios finales. Nada se dice sobre las personas que eventualmente habrían recibido esas cantidades de estos considerados intermediarios.
Es decir, no prueban nada sobre la comisión de delitos o actos de corrupción. No sirven más que para mostrar que dos personas reciben mucho dinero en efectivo, de lo que habrán de responder en caso necesario. ¿Se puede jurídicamente siquiera deducir que ese dinero fue pago de votos por la reforma energética o lo que sea? No, para nada.
Pero lo que AMLO busca no es aplicar la ley o hacer justicia, eso no le importa, su interés está en desprestigiar a sus “adversarios” como corruptos. Y entre sus seguidores le creerán a ciegas, porque él lo dijo. Pero de pronto todo se le descompuso.
Carlos Loret de Mola presentó unos videos en donde, con absoluta identificación y grabación de parlamentos, Pío López Obrador recibe mucho dinero de manos de David León para ser usado en las actividades electorales del partido Morena. Y además se menciona que son parte de otras entregas en efectivo. AMLO no pudo zafarse del caso, y no supo manejar la crisis. Atropellado como muchas veces ha sido al hablar, dijo cosas que debía callar. Se dio por enterado de la recepción de esos dineros para Morena.
Pretendió defenderse, evidentemente sin consejo legal, y dijo que, a diferencia de los dineros del video de Lozoya, entregados para corrupción (nunca probada) los suyos eran “aportaciones al movimiento”, y por tanto las justificaba, venían “del pueblo”. Pero olvidó un pequeño detalle: las recepciones de esos dineros fuera de control e información al INE son delitos tipificados. Y ante ello, se han presentado denuncias penales, ante la FEPADE y la FGR, para las que AMLO no puede evadir su responsabilidad, junto con quienes aparecen y platican en los videos y quienes en su momento queden expuestos como manejadores de esos fondos ilegales.
Y hubo algo más, la mujer de AMLO pretendió con él justificar lo injustificable, haciendo comparaciones ridículas, con personajes de la Independencia, en particular de doña Josefa Ortiz de Domínguez, que ella también recibió dineros del pueblo para el movimiento independentista. Pero por su misma incompetencia, junto con su cónyuge, olvidó pequeños detalles, como que las entregas de “aportaciones” en el siglo antepasado no estaban reguladas por alguna ley como ahora sí lo están.
Esas declaraciones de Beatriz, tan torpes, fueron de la mano con las de su marido el presidente, que también habló de entregas de dineros para Benito Juárez y Francisco I. Madero, también sin violación alguna a leyes electorales. Es decir, comparaciones absolutamente absurdas. Ahora falta ver lo que sucederá con las denuncias presentadas ante la Fiscalía General de la República y el Instituto Nacional Electoral. Las pruebas son públicas, en especial porque los involucrados en esos hechos delictivos los han reconocido abiertamente.
Parte del problema, es que el video de Pío y David ha sacado del baúl de los recuerdos, casos anteriores de recepción de dinero ilegal para actividades electorales de AMLO, primero en el PRD y luego en Morena. Remeber al “señor de las ligas” y otros más.
Ahora el problemón es para quienes como fiscales deberán investigar estas denuncias de presuntos delitos, pues por un lado son vistos como fieles al presidente, pero actuando a la vista del mundo. Todos los involucrados de Morena deberán comparecer y eventualmente verse sujetos a juicio. En tanto, los panistas del primer video, el de Lozoya, sólo reciben dineros sin que se compruebe su destino.
AMLO, como ya dije, junto con sus colaboradores y esposa, han hecho todo mal en sus intentos de justificarse ante la ciudadanía, y de acusar a sus “adversarios” neoliberales de corrupción para la aprobación de la reforma energética. De paso, los nombres que se han dado a conocer de parte de Lozoya, a quienes acusa de haber recibido de él dinero, no muestran ningún sustento legal y sí propiciado denuncias en contra del propio Lozoya (perdón, de Emilio “L”).
La comedia, tan mal manejada, terminará mal para AMLO, Lozoya y Morena, de hecho, ya va mal. Todavía más, puede haber otros videos, mostrando actos delictivos de fondos ilegales para Morena. Y como dicen los memes, la mayoría de los amlofans “ni Pío dicen”.
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