“El colectivo recupera las voces de lucha de quienes buscan a sus desaparecidos”, indicó Danaré Roca, quien forma parte del colectivo Huellas de la Memoria.
En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, conmemorado el 30 de agosto, el colectivo Huellas de la Memoria realizó una exposición en donde mostró las historias de lucha y esperanza de alrededor de 250 familias que tienen seres queridos desaparecidos. Las historias expuestas van desde el año 1969, hasta 2017.
Las historias son talladas y expuestas en las suelas de los zapatos que familiares de desaparecidos han usado para buscar a sus seres queridos y con los que han recorrido todo el país y, en ocasiones, partes de Centroamérica. “El colectivo recupera las voces de lucha de quienes buscan a sus desaparecidos”, indicó Danaré Roca, quien forma parte del colectivo creado en 2014, y explicó que es una manera de devolverles la esperanza.
Luego de que se tallan las historias de búsqueda en los zapatos, se les pone tinta y son marcadas en papel. El color de la tinta puede ser de cuatro colores: verde, cuando los familiares aún tienen la esperanza de encontrar a sus desaparecidos; anaranjado, para aquellos desaparecidos que lograron regresar a su hogar y ahora cuentan su historia; negro, en símbolo de luto, para historias en donde los familiares encontraron los restos de sus desaparecidos y rojo, para los familiares que murieron por causas naturales o asesinados en la búsqueda de sus seres queridos.
De acuerdo con cifras oficiales, el número de desaparecidos en México es de 73 mil 201 personas; sin embargo, los familiares que los buscan aseguran que esa cifra no se acerca a la real, pues hay muchas desapariciones que no se contabilizan o simplemente no entran en carpetas de desaparición. Además, entre los miles de casos en México, están las historias de miles de migrantes que quienes se pierde el rastro cuando entran a territorio mexicano.
En la exposición, también se mostraron las historias de búsqueda de decenas de madres de migrantes, originarias de El Salvador, Honduras, Guatemala y otros países de Centroamérica, que buscan a sus hijos e hijas desaparecidos en zonas como Jalisco, Michoacán y Tamaulipas. Muchas de las historias de esas madres se recolectaron en la Caravana de Madres de Migrantes Desaparecidos, que es un grupo que viene anualmente a México desde Centroamérica y tiene permitido cruzar la frontera para buscar a sus familiares durante una semana.
Además, entre las huellas que ha recolectado el colectivo, también están las historias de las madres y padres de los 43 jóvenes que desaparecieron la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre en Ayotzinapa, Guerrero, en 2014.
Ana Enamorado y Verónica Rosas son dos madres que buscan a sus hijos desaparecidos y aunque Ana es de Honduras y Verónica, de México; ambas viven con la esperanza de encontrar el paradero de sus únicos hijos y lo han plasmado en sus huellas.
Ana Enamorado ha recorrido el país entero buscando a su hijo Óscar Antonio López Enamorado, joven hondureño, que desapareció en el poblado El Carrizo, en Jalisco, el 19 de enero de 2010. A casi 10 años de la desaparición de Óscar, Ana ha obtenido información de que su hijo fue reclutado por el narcotráfico por medio de engaños y aunque ha entregado a las autoridades la información correspondiente, no habían hecho nada por encontrar a su hijo y por primera vez, luego de casi 10 años, las autoridades entrarán a investigar la zona en la que el joven desapareció cuando tenía 20 años. “Yo no he podido ir sola, pues esa zona es de las más peligrosas y los periodistas y quienes la conocen, saben que el que entra, no sale”, comentó Ana Enamorado.
Por otro lado, Verónica Rosas Valenzuela, busca a su hijo Diego Rosas Valenzuela, quien fue secuestrado el 4 de septiembre de 2015 en Ecatepec, Estado de México. Los captores pidieron dinero para devolver al joven de 17 años, la familia reunió el dinero y lo entregó con la promesa de que soltarían a Diego; sin embargo, el joven nunca fue devuelto y desde entonces su madre no ha dejado de buscarlo. “Hasta el momento hay 3 culpables identificados, pero las autoridades no han hecho nada para negociar información del paradero de Diego”, comentó Verónica Rosas.
Huellas de la Memoria, esperanza de familiares de desaparecidos
La exposición de Huellas de la Memoria ha recorrido varios países del mundo y de acuerdo con los familiares, cada que sus historias son escuchadas, se les devuelve la esperanza de encontrar a sus seres queridos, esperanza que a menudo se apaga, ya sea por el tiempo que sus familiares llevan desaparecidos, por la impunidad de las autoridades y porque hay momentos en los que nadie los apoya y están solos en la lucha.
Puedes ayudar a que la labor de Huellas de la Memoria continúe, siguiéndolos en redes sociales (Instagram o Facebook) o haciendo donativos, comprando alguna de las ilustraciones que venden para juntar fondos y continuar recolectando historias. “Los desaparecidos no le faltan a sus familiares, nos faltan a todos”, finalizó Danaré Roca.
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