“La cuenca del Usumacinta todavía tiene buena calidad ambiental, pero las tendencias de deterioro se agudizan como consecuencia de sistemas socioeconómicos insustentables y actividades productivas ineficientes que degrada el medio ambiente”, señaló Julia Carabias.
Aunque la cuenca del Usumacinta es la región con mayor biodiversidad, esta presenta avances de deforestación, tráfico de madera, armas y drogas, reveló la bióloga Julia Carabias Lillo, doctora honoris causa por la UNAM.
Al participar en el seminario virtual “Tópicos de Frontera en la Sustentabilidad”, dedicado al tema de Gobernanza y Sustentabilidad en Regiones Transfronterizas, la profesora de la Facultad de Ciencias explicó que la región que forma parte de los estados del sur (Chiapas, Tabasco y Campeche), y de la que México conforma 44.21% del territorio de la cuenca, que comparte con Guatemala y Belice (55.75% y 0.04% respectivamente), contiene mil 173 especies de vertebrados, 50% de las aves que existen en el país y 30% de los mamíferos.
Además, habitan 50% de las mariposas diurnas, 77 especies de peces, 5 mil 162 de pantas y 22.14% de la flora conocida en México.
Julia Carabias señaló que entre las presiones externas en la zona destacan la ocupación ilegal de tierras, la migración, el narcotráfico y el contrabando de ganado, madera y armas.
“Es estratégica para Mesoamérica por su biodiversidad y servicios ecosistémicos, pero no representa un eje para su desarrollo. Hay una ocupación desordenada, con poca población originaria, la mayoría campesinos migrantes de otros lugares en condiciones de pobreza”, detalló la bióloga.
Aun así, la doctora explicó que la cuenca del Usumacinta posee un innegable valor único por su patrimonio natural y cultural. “Todavía tiene buena calidad ambiental, pero las tendencias de deterioro se agudizan como consecuencia de sistemas socioeconómicos insustentables y actividades productivas ineficientes que degrada el medio ambiente y no contribuyen a mejorar las condiciones de vida de su población”.
La bióloga de la UNAM lamentó que las iniciativas para la cuenca han sido descuidadas hasta el momento, “hay programas sueltos, ocurrencias para el desarrollo sin continuidad y sin criterios ambientales”.
Carabias Lillo mencionó que entre los retos para preservar la cuenca esta reducir la deforestación, evitar la eutrofización (sobre enriquecimiento de nutrientes) de sistema acuáticos por escurrimiento de aguas residuales y desechos de actividades productivas, reducir la pérdida de especies, restaurar zonas estratégicas y conservar el patrimonio biocultural.
Proteger “la casa común”
El papa Francisco publicó una carta encíclica Laudato si’ (Alabado seas, mi Señor) en la que anima la toma de conciencia y el compromiso de proteger nuestra “casa común”, a partir de un estilo de vida personales y familiar más sostenible.
“El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común”, escribió el pontífice.
En su mensaje el papa hace una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. “Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”.
Elogia a todos que trabajan con dedicación en un futuro sostenible y ecológicamente integral, especialmente a aquellos que trabajan en nombre de los pobres y los más vulnerables. Hace un llamado a una acción política y de tener un compromiso sostenido y universal con la “ecología humana” sostenible, justa de los sistemas naturales.
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