La transición hacia la nueva normalidad no puede omitir que gran parte de las familias mexicanas no están preparadas para los nuevos requerimientos de acceso a la educación básica, señaló el académico José Manuel Núñez Organista.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con datos recabados durante 2019, 44.3 por ciento de los hogares mexicanos cuentan con computadora, y 56.4 por ciento de ellos tienen acceso a internet. De estos usuarios, 44.6 por ciento señala que este dispositivo se utiliza como apoyo escolar. Por otra parte, 75.1 por ciento de la población de seis años o más, es usuaria de teléfono celular.
Ante este contexto, el maestro José Manuel Núñez Organista, docente de la Escuela de Derecho de CETYS Universidad Campus Mexicali, señaló la necesidad de que, en conjunto, todos los sectores sociales contemplen más allá del desarrollo sistémico de la institución educativa, una transformación integral para garantizar que el cien por ciento de la población tenga acceso al servicio educativo de nivel básico.
Dijo que el presente y el futuro de la educación están invariablemente vinculados a las plataformas tecnológicas, vistas como alternativas a la modalidad presencial, lo cual implica un enorme compromiso con el aprendizaje tanto para el docente como para el alumno, su familia, la escuela y la sociedad en general.
“Las cifras nos explican una realidad nacional evidente, importante para las nuevas perspectivas de educación digital, ya que hay que considerar que la brecha de falta de acceso a una computadora, al internet, y en muchas ocasiones a un televisor, que abarca a más de la mitad de la población y, sobre todo, al sostenimiento a plataformas que en muchos casos implicarán un gasto familiar sostenido”, analizó el académico.
Para el académico, la transición hacia lo que se ha denominado la nueva normalidad, no puede dejar de tomar en cuenta que gran parte de la sociedad y de las familias no están preparadas para afrontar las nuevas condiciones derivadas de la pandemia.
“Se requerirá de un modelo de transición digital que, a su vez, necesitará una socialización efectiva, de cobertura integral y bajo las condiciones adecuadas de implementación, tomando en cuenta que la educación es un derecho humano y el acceso a redes digitales como el internet, se presume, forma parte de las nuevas generaciones de prerrogativas sociales”, comentó.
José Manuel Núñez subrayó que el cambio de conciencia respecto a las formas de impartir y prestar los servicios educativos requerirá de una reingeniería institucional. “Pero, sobre todo, se requiere mejora continua, una permanente revisión, evaluación y reconsideración de modelos para alcanzar servicios de calidad que puedan medir alcances, logros y resultados”, concluyó.
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