La construcción y equipamiento de las nuevas sucursales del Banco del Bienestar estará a cargo de ingenieros militares, anunció el presidente López Obrador.
En México existen 2 mil 446 municipios de los cuales 476 carecen de servicios bancarios, de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México (ABM), lo que de alguna manera dificulta el desarrollo económico y social, de ahí la relevancia de la banca de desarrollo.
El 21 de julio de 2019, el Banco del Bienestar comenzó sus operaciones y entre sus labores quedó establecido que se encargaría de promover el desarrollo tecnológico y la adopción de modelos novedosos en términos de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, la capacitación, la asistencia técnica, el incremento de la productividad y del bienestar de los integrantes del sector, pudiendo ejercer las facultades que resulten imprescindibles o necesarias para ello.
Además de establecer planes de ahorro y crédito, así como redes digitales, que permitan la inclusión de servicios financieros y el fomento a la captación de recursos.
En marzo de este año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Banco de México (Banxico) y la Secretaría de Educación Pública (SEP) lanzaron la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2020-2024, con el objetivo de que 77 por ciento de la población en el país tenga acceso al menos a un producto financiero en el 2024.
Para avanzar en este sentido, el Banco de Bienestar Social tenía programado construir este año mil 350 unidades, y Rabindranath Salazar Solorio, director general de la institución, el 8 de junio de este año en el marco del informe diario de los Avances de los Programas de Bienestar, detalló que hasta esa fecha se había ejercido un presupuesto cercano a los 3 mil millones de pesos, que han sido utilizados para terminar 45 sucursales; 279 en construcción, y 243 más iniciarán en breve su edificación, lo que hace un total de 567.
Pero la sorpresa vino dos meses después, cuando el presidente López Obrador dijo que “estamos haciendo dos mil 700 sucursales en el país del Banco del Bienestar. La construcción está a cargo de los ingenieros militares, ya se han terminado muchas sucursales, cientos de sucursales, pero ahora se decide que también el equipamiento lo lleve a cabo, lo realice la Secretaría de la Defensa, o sea, que entreguen completo el banco, la sucursal, no sólo la construcción, sino con todo el equipamiento”.
Cabe señalar que recientemente se canceló anticipadamente un contrato con la empresa VivColmex con la que el gobierno iba a adquirir los cajeros automáticos, lo que ahora “será la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la que va a adquirir los cajeros y todo lo que requieran las sucursales”, apuntó López Obrador.
De acuerdo con información de El Sol de México, el monto del contrato cancelado es de 10 mil 800 millones de pesos que se tenía con la empresa Vivcolmex.
“El servicio para el que fue contratado Vivcolmex no se prestó en virtud de que el Banco del Bienestar no formalizó ni recibió recursos por parte de la Secretaría del Bienestar”, y según el diario se destaca que “en el documento se argumenta que continuar con el servicio contratado con la compañía Vivcolmex habría ocasionado una afectación a las funciones del Banco del Bienestar”.
La promesa de Andrés Manuel López Obrador, de meter nuevamente a los cuarteles a los miembros del ejército, se desvanece cada vez más y se amplían en los hechos sus tareas que van más allá de sus funciones sustanciales que son defender la soberanía del país y su integridad territorial.
Hoy los miembros de las Fuerzas Armadas amplían su versatilidad, lo mismo son llamadas para hacerse cargo de la construcción del aeropuerto que capacitar a policías, atender la emergencia sanitaria, apuntalarlos en la vigilancia de aduanas y puertos y, ahora, perfilarse a ser los encargados de construir las nuevas sucursales del Banco del Bienestar y adquirir los cajeros automáticos de los mismos.
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