Confinamiento y falta de agua elevan el riesgo de contagios

El confinamiento expuso las dificultades que hay para hacer efectivo el derecho a la salud, la vivienda y el agua. Las recomendaciones “quédate en casa” y “lávate las manos” están relacionadas con la habitabilidad de los hogares.


Expuestos al COVID-19


La carencia y precariedad de vivienda y servicios vitales como agua que padecen algunos sectores de la población en México, son las causas por las que desatienden medidas de prevención para evitar contagiarse de COVID-19 como lavarse las manos y quedarse en casa, advierte un análisis elaborado por diversas universidades del país dirigido por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al presentar los resultados del primer reporte del estudio “Condiciones de habitabilidad en las viviendas y el entorno urbano ante aislamiento por Covid-19”, expertos de diversas instituciones de educación superior del país, encontraron que el confinamiento en el que viven muchas personas, la falta de agua, el incremento en los precios de viviendas, así como de diversos artículos de primera necesidad son los principales problemas a los que hoy se enfrenta la gente en varias entidades del país.

Gustavo Romero, de la Facultad de Arquitectura, mencionó que en Ciudad de México existen problemas de vivienda, principalmente en edificios precarios en renta, ubicados en la zona Centro, construidos entre la década de los 30 y 50, que miden entre 30 y 60 metros cuadrados.

Entre quienes respondieron al cuestionario en la capital del país 26.5 por ciento afirmó que rentan un hogar, y frente a las condiciones económicas actuales algunas se han visto en dificultad para pagar el alquiler, ante lo que sugirió a las autoridades dar prioridad a una política habitacional que apoye el mejoramiento de las viviendas precarias y no las nuevas, de las cuales, aseguró, “hay más de medio millón sin vender”.

Otro de los hallazgos del estudio, es el difícil acceso permanente del agua potable en los hogares, en el caso de Cuernavaca, según detalló Medardo Tapia, del Centro Regional de Investigaciones Multidiscipliarias (CRIM) en la encuesta llevada a cabo para este análisis, uno de cada dos entrevistados afirmó que padecía esta problemática.

Asimismo, destacó que en esa ciudad dos de cada tres entrevistados viven en colonias populares y en viviendas menores a 100 metros cuadrados; 20 por ciento son habitadas por cinco personas o más, además estas familias externaron que entre sus mayores preocupaciones está el pago de renta.

En Tijuana y Ciudad Juárez la situación no es diferente. En la primera de estas, 24.7 por ciento indicó que renta, y 25.3 por ciento tiene vivienda propia que está pagando; una tercera parte expresó su preocupación sobre los créditos y deudas. De igual manera, en la ciudad chihuahuense una tercera parte de los entrevistados dijo vivir en casa propia la mayoría en fraccionamientos de interés social.

Sin embargo, revelaron que aún no termina de adquirirla dado que para pagarla solicitó créditos a 20 años. “Tres de cada 10 entrevistados revelaron tener problemas para cubrir sus créditos y deudas; una quinta parte tiene problemas para pagar servicios o la renta”.

En el análisis se reveló que en Mérida los lugares donde se presentaron más casos de COVID-19 fueron en fraccionamientos más grandes que se construyeron en los últimos años y en los que existe un déficit de espacios públicos, de acuerdo con Susana Pérez, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

La investigadora recomendó que durante la apertura gradual se diseñen protocolos que brinden a niños, adultos mayores y grupos que habitan viviendas reducidas, acceso a espacios públicos. “Los pequeños son quienes deben regresar primero a estos espacios, y debe controlarse el uso de áreas y juegos, así como las condiciones sanitarias por parte de las autoridades”.

El primer reporte del estudio “Condiciones de habitabilidad en las viviendas y el entorno urbano ante aislamiento por Covid-19” se elaboró con base en encuestas aplicadas vía Internet y WhatsApp. La mitad de los entrevistados son personas de 30 a 60 años de edad; seis de cada 10 son mujeres, que reportaron que en la mayoría de los hogares hay niños menores de 10 años y dos o tres hijos adolescentes, mientras que las personas mayores de 60 años viven solos o con su pareja.

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