No cabe duda. Si Franz Kafka hubiera nacido en Iztapalapa, y en las filas de la 4T, destronaría a la señorita Laura. Sin duda.
El escribano insiste
Si Franz Kafka –que escribió en alemán toda su obra, una mezcla curiosísima en la fusión de elementos realistas con conceptos fantásticos– hubiese nacido en México bajo el imperio de la 4T, seguramente sería, o reportero de sociales o comentarista de tradiciones en el mundo costumbrista.
Y es que, no importa si es Evo Morales, o el nulo crecimiento que de alguna parte saca dinero para que haya bienestar. Carece de relevancia que el presidente pierda el tiempo por horas anunciando una rifa que no es rifa de un avión que no se va a rifar; o que el fiscal general entregue un dinero de dudosa procedencia jurídica, al mandatario feliz que asegura que todos los mexicanos son felices.
Ese folclorismo decimonónico de los enredos de la 4T que dirige el mandatario macuspano, lo hace vestirse con pan, colocarse flores por todos lados, a semejanza de “La Flor más bella del Ejido” que se acostumbraba en las ceremonias proindigenistas de los mejores momentos del neoliberalismo que tanto detesta el inquilino de Palacio Nacional.
La más reciente
Al más puro rigor de los rituales del PRI en sus mejores instantes, el presidente López recién bendijo a Pedro Haces Barba, quién vendrá a dar el esquinazo a los otrora gloriosos bastiones: CTM, CNC, CNOP, que representaban el músculo del sistema, el número y el intelecto.
Y como en todos los usos y costumbres empleados por la feligresía de la 4T, el pasado es el culpable de todo lo malo que nos sucede; aun cuando, como dicen algunos analistas: Calderón hizo tanto daño a este país, que se surgiere lo regresen a Palacio Nacional para que componga todo lo que descompuso. Y los actuales, así, dejarán de sufrir… y los mexicanos también.
Fátima: se buscan culpables
Y para todos aquellos que gozan y disfrutan del festival de veleidades; de la superficialidad hecha discursos, de las proclamas y los simbolismos de un socialismo autóctono que le pide a Dios acabar con el laicismo antirreligioso para entronizar a la Pachamama en todos los hogares mexicanos, los medios “encuatan” las notas que emanan del deleznable crimen contra la pequeña Fátima.
Nadie se ha podido sustraer. Desde las “valientes” encapuchadas que vandalizan, queman, destruyen y pintarrajen todo a su paso en el nombre de Fátima, hasta el más alto nivel de los funcionarios públicos.
Cruce de mensajes
Es el caso del propio presidente mexicano (https://www.reporteindigo.com/reporte) quien formuló uno de sus acostumbrados acertijos, al asegurar que es necesario –usó el infinitivo– “Tener confianza en que se castigará a los responsables, sobre todo a los conservadores decirles que no somos iguales y que en este caso hay mucho oportunismo, zopilotean”. Y como no es suficiente con hacerse de lado y soslayar las cosas, arremetió fuerte: Señaló que un vocero del expresidente Ernesto Zedillo, Liébano Saenz, en cuyo régimen convirtió la deuda de unos cuantos en deuda pública, ahora crítica su administración.
“Entiendo que en una circunstancia de este tipo no debe actuarse con oportunismo, no usar el dolor de la gente, no medrar, no significa censura, solo poner las cosas en su lugar” Y al afirmar esto, el mandatario tiene razón. Él es parte de aquellos funcionarios que han evidenciado una indiferencia intensa frente a este y otros hechos. Recuérdese el tema de los LeBarón o los feminicidios, por citar un caso.
UICQQCAGT (Unidad de Inteligencia Contra Quienes Quieren Culpar Al Gobierno de Todo)
Si algo tiene bien ensayado la 4T son sus mecanismos de distorsión, evasión, deconstrucción y distracción de la realidad con respecto a cualquier tema. El asesinato de la pequeña se incluyó también.
La fiscal Ernestina Godoy descalifica a los papás de la niña y los acusa de maltrato infantil. El DIF respalda la idea del maltrato infantil. La señora Sheinbaum acusó a todo mundo por la “cadena de negligencias” Y el presidente culpa al “neoliberalismo”.
Y por si todo esto no fuera suficiente, la señora Rosario Piedra –que parece hacer honor al apellido– se descalifica a sí misma, por su fragilidad y sus temores. Cuando describe al feminicidio como algo muy doloroso “que se está cometiendo de manera alarmante en el país” (sic), en tanto que otros opinantes aseguran que la escuela “no cumplió con el protocolo” de algo.
Bueno, hasta la señora Sonia López, supuesta tía de la niña, puso sobre la mesa una supuesta también, enfermedad mental de la madre de Fátima.
Mis adorables lectoras y gentiles lectores sostienen en nuestra mesa de trabajo: “Nadie resuelve nada, pero todo mundo encuentra a alguien para echarle la culpa”.
El escribano medita en medio de una mezcla de yoga, reguetón y banda reikiana: No cabe duda. Si Franz Kafka hubiera nacido en Iztapalapa, y en las filas de la 4T, destronaría a la señorita Laura. Sin duda.
Te puede interesar: El retorno de los brujos
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com