“No se deben hacer dietas basadas únicamente en insectos, sino que debe ser un elemento que complemente las dietas”, comentó la nutrióloga Ana María Calderón Jiménez.
Entomofagia, insectos comestibles o también la llamada dieta del futuro, es una opción alimenticia que se ha hecho popular durante los últimos años, pues cada vez es más común que las personas busquen opciones alimenticias saludables que los alejen de la comida procesada y llena de químicos.
Comer insectos no es una práctica nueva, pues pueblos indígenas como los mayas, los mixtecos y los aztecas, ingerían todo tipo de gusanos, larvas e insectos. De hecho, en diversos rituales, los insectos eran considerados un platillo de lujo y comer esos animales se incluía como parte del rito.
En México hay gran variedad de insectos comestibles y en estados como Oaxaca, Guanajuato, Puebla y Durango, por mencionar algunos, se consumen insectos como el gusano de maguey, los escamoles, los famosos chapulines, algunos alacranes, la hormiga chicatana y los jumiles. Cada uno de los platillos mexicanos que se preparan con insectos son admirados y reconocidos por turistas y expertos en gastronomía como un manjar para el paladar.
Uno de los casos más exitosos de entomofagia es el del universitario estadounidense Camren Brantley-Rios, pues en 2015 a los 21 años, inició un reto personal que consistía en sólo comer insectos durante un mes. El desafío del joven fue documentado por él mismo en su blog, donde también compartía algunas recetas y preparaciones.
Expertos y activistas a favor del medio ambiente aseguran que comer insectos es la dieta del futuro, pues es una opción sumamente conveniente, tanto para quienes los ingieren, como para el mundo y medio ambiente, pues por la gran variedad de insectos que existe, se vuelve una opción de alimentación económica, tanto para quien los compra, como para quien los produce. Además, el consumo de insectos pueden ayudar a que el consumo de carne se reduzca, evitándole a miles de animales una muerte sangrienta y sumamente cruel.
Los insectos para alimentación son producidos en granjas especiales, para tener un control específico de la calidad de alimento que se vende a las personas.
Insectos comestibles, un complemento a la alimentación
La nutrióloga Ana María Calderón Jiménez aseguró que insectos como los grillos o gusanos de maguey son sumamente ricos en nutrientes, pues pueden aportar de 20% a 70% de proteínas, lo que es igual o mayor a las proteínas que brinda al cuerpo humano un filete de carne. Además, una dieta basada en insectos aporta vitaminas y grasas saludables a al cuerpo humano.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirmó que los insectos son un alimento altamente aceptable, pues más allá de los beneficios alimenticios, presentan un bajo riesgo de transmisión de enfermedades como gripe aviar y la de las “vacas locas”.
Ana María Calderón indicó que la entomofagia o dieta de insectos no es muy común, pues “más allá de abrir el apetito, los insectos provocan asco a muchas personas” y recalcó que esa idea debe de cambiar, pues si ese alimento tuviera aceptación se podrían modificar e innovar positivamente los planes de alimentación.
Sin embargo, aunque comer insectos es una práctica altamente aceptable, la nutrióloga recomendó que no se hagan dietas basadas únicamente en ese alimento, sino que sea un elemento que complemente, pues “como todo, en exceso es malo y por muy saludable que sea, las personas necesitan todo tipo de nutrientes que proveen alimentos como frutas, verduras, semillas y algunas carnes”.
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