Poder, riesgos y simulación

En medio de cifras históricas de aprobación para un presidente en México, una crisis económica silenciosa y una reforma judicial sin precedentes, el país se enfrenta a un 2025 cargado de decisiones trascendentales. Pero bajo la superficie de encuestas, decretos y campañas, la pregunta sigue siendo la misma: ¿quién gobierna realmente México?

El espejismo del poder: Sheinbaum lidera… ¿o solo administra?

Claudia Sheinbaum ostenta una aprobación del 82%, la más alta en tres décadas. Pero un dato inquietante revela otra historia: según una encuesta de El Financiero, el 49% de los ciudadanos considera que el crimen organizado es quien realmente tiene el poder en el país, muy por encima de la presidencia, las Fuerzas Armadas o el empresariado.

La propia presidenta ha buscado proyectar liderazgo enfrentando directamente al expresidente Trump con medidas como los aranceles recíprocos, pero esa batalla no solo se juega en Washington o en la Cámara de Diputados, sino también en las calles de estados como Zacatecas o Guerrero, donde la violencia y la desaparición forzada siguen escalando.

“Uno vota creyendo que el cambio viene de arriba, pero aquí en Zacatecas quien manda es el narco. Ellos imponen toques de queda, no la presidenta”, denuncia Teresa, madre de un joven desaparecido desde 2023.

Economía: crecimiento optimista, recaudación pesimista

Aunque el gobierno plantea un plan de crecimiento basado en soberanía alimentaria, autosuficiencia energética y producción nacional, los analistas advierten que la estimación del PIB para 2026 es “demasiado optimista”. Y si la economía no crece como se espera, el impacto directo será en la recaudación tributaria y en un nuevo ajuste al gasto público, especialmente el corriente.

Estados Unidos y China protagonizan un reacomodo comercial donde México aparece como campo de batalla: mientras Trump impulsa aranceles a productos fuera del T-MEC, México responde con programas de impulso interno, pero depende críticamente de las exportaciones.

Congreso fragmentado y con tareas pendientes

El Legislativo no ha logrado consolidar una mayoría funcional. Aunque Morena conserva fuerza, casos como el de Cuauhtémoc Blanco exhiben las fisuras en el bloque oficialista. Entre las reformas pendientes están temas urgentes como la Ley General de Aguas, ciberseguridad, inteligencia artificial y derechos digitales.

Además, con la presión de iniciativas presidenciales como la reducción de la jornada laboral a 40 horas y el aumento del aguinaldo, el Congreso se enfrenta a la posibilidad de periodos extraordinarios para desahogar su larga lista de pendientes antes de que inicie formalmente el año electoral.

“Tenemos que decidir si seremos legisladores de escritorio o defensores de las causas ciudadanas. Hoy el Congreso le debe a la gente respuestas concretas”, advierte Lucía Ramírez, diputada federal independiente.

Elección Judicial: inédita, riesgosa y sin partidos

Por primera vez en la historia moderna del país, los nuevos miembros del Poder Judicial serán electos por voto directo. Sin partidos, sin proselitismo, sin dinero público… y sin recursos suficientes. Estados como Colima, Nayarit y Zacatecas han recibido solo una fracción del presupuesto necesario para garantizar elecciones libres y ordenadas.

Los riesgos no son menores: sin equidad financiera ni reglas claras sobre difusión, esta elección podría derivar en una simulación democrática que debilite, en lugar de fortalecer, al poder judicial.

“La reforma judicial suena bien en el papel, pero sin presupuesto ni vigilancia puede abrir la puerta al control de facto de jueces por intereses opacos”, alerta Ignacio González, constitucionalista de la UNAM.

¿Qué viene?

Entre el 30 de marzo y el 1 de junio se definirán jueces, leyes y poderes. Pero lo más crítico aún no ha ocurrido: la confrontación entre nacionalismo económico y realidad global, el choque entre reformas sociales y viabilidad presupuestal, y la inevitable tensión con Estados Unidos.

Fechas clave como la participación de Sheinbaum en la CELAC, la Convención Nacional Bancaria o la publicación del portafolio de inversiones marcarán el pulso de las decisiones. Pero en el fondo, el dilema es político y profundo: ¿puede México reformarse sin quebrarse?

Entre la narrativa del cambio y el peso de la incertidumbre

México avanza con fuerza discursiva y debilidad estructural. Los altos niveles de aprobación contrastan con un entorno fragmentado, polarizado y volátil. El país parece moverse en tres velocidades: la del Ejecutivo que ordena y promete, la del Congreso que tropieza y retrasa, y la de una ciudadanía que, entre violencia, inflación y desencanto, sigue esperando que el cambio se note… más allá de las cifras.

Porque en México, lo verdaderamente urgente no es lo que dicen las encuestas. Es lo que se vive en las calles.

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