La “familia revolucionaria” ha tenido que aceptar importantes concesiones. Una de las más significativas, la ciudadanización.
Es un trabajo de análisis de algunos aspectos del Sistema Político Mexicano en el cual el autor muestra la firme intención del grupo revolucionario triunfador de las luchas iniciadas en 1910 en de establecer un régimen sólo nominalmente democrático, pero bien montado para permanecer de continuo en el poder, así como, y esto es lo más importante, las ocasiones en que la ciudadanía ha avanzado en sus demandas mostrando compromiso, mostrando “músculo”.
En estas ocasiones el grupo dominante, la “familia revolucionaria” ha tenido que aceptar importantes concesiones. Una de las más significativas, la ciudadanización del aparato promotor y calificador de las elecciones: IFE ahora INE, cuya mayor prueba de autonomía fue calificar la alternancia por vez primera en el ejecutivo federal, la presidencia de la República así como independencia entre poderes.
Sin embargo, el proceso de ciudadanización ha entrado en una nueva etapa que debe entenderse desde sus raíces históricas, las que pueden ayudar a comprender su posible desarrollo.
Dado que todo lo expuesto queda enmarcado en un proceso “democrático”, el autor hace varias consideraciones acerca de las características que esta forma de gobierno debe tener para que sea legítima y verdaderamente útil a las personas que conforman la sociedad, sobre todo la vinculación que hay entre cultura y democracia.
Finalmente, bajo el subtítulo de RUMBO, están expuestas algunas nociones de geopolítica y su aplicación a México.
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