Cada 19 de marzo, coincidiendo con la festividad de San José, patrono del trabajo, se celebran en México el Día del Carpintero y el Día del Artesano, honrando a quienes, con sus manos, talento y pasión, contribuyen a mantener vivas tradiciones culturales esenciales y dinamizan la economía local.
Contexto de las celebraciones
La tradición del Día del Carpintero tiene sus raíces en la veneración a San José, considerado modelo del trabajador comprometido y protector de quienes desempeñan este oficio. Paralelamente, desde 2013, el Día del Artesano se instauró oficialmente para reconocer y preservar las técnicas y conocimientos que forman parte del patrimonio cultural del país.
“El Día del Artesano nos recuerda la importancia de transmitir saberes que mantienen viva nuestra identidad cultural”, explica Alejandra Frausto, secretaria de Cultura de México. Estos días buscan destacar cómo ambas profesiones sostienen tradiciones familiares transmitidas a través de generaciones.
Importancia del carpintero
Los carpinteros son fundamentales en la construcción y creación de muebles, estructuras y objetos cotidianos, combinando creatividad, precisión y funcionalidad. Usan desde técnicas tradicionales, como la ebanistería y el ensamblado manual, hasta tecnología moderna, como maquinaria CNC y software de diseño.
Jesús Hernández, carpintero con más de 30 años de experiencia en Puebla, expresa: “La carpintería no solo construye muebles, construye hogares. Cada pieza que hago lleva un poco de mi vida”.
Valor del artesano
El artesano es un artista que representa la esencia cultural a través de sus creaciones. Sus obras en cerámica, textiles, madera o barro expresan identidad, historia y tradiciones únicas de cada región mexicana. Según el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART), las artesanías mexicanas generan anualmente ingresos significativos que impactan positivamente en las economías regionales.
“Detrás de cada artesanía hay una historia y un rostro humano que merece ser valorado”, señala Claudia Nolasco, directora de FONART.
Historias que inspiran
En Oaxaca, la artesana Julia Santiago, experta en tejido de telar de cintura, relata cómo aprendió el oficio desde niña: “Mi abuela me enseñó que cada tejido cuenta nuestra historia, nuestros sentimientos y nuestra tierra. Hoy enseño a mis hijas con la esperanza de que nunca olviden sus raíces”.
En contraste, Antonio López, joven carpintero de Michoacán, combina técnicas modernas con conocimientos ancestrales aprendidos de su abuelo: “Cada mesa que hago une tradición con innovación, honrando mi pasado y mirando hacia el futuro”.
Desafíos que enfrentan
Ambos oficios enfrentan amenazas importantes: la industrialización, la competencia desleal de productos masivos y la falta de acceso a mercados justos. “Necesitamos que la sociedad entienda el valor real de las piezas artesanales y de carpintería; detrás de cada objeto hay esfuerzo, talento y años de aprendizaje”, expresa Laura Ramírez, investigadora en cultura y economía creativa de la UNAM.
Llamado a la acción
Para apoyar a carpinteros y artesanos, es esencial comprar productos locales y valorar su trabajo justamente. Expertos sugieren asistir a ferias artesanales, exposiciones y talleres, no solo en estas fechas especiales, sino como práctica constante de consumo responsable.
Conclusión
Celebrar el Día del Carpintero y el Día del Artesano implica reconocer el valor profundo y la trascendencia del trabajo manual comprometido y creativo. Al apoyar estos oficios, fortalecemos nuestra cultura, tradiciones y economía local.
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