Agenda política

El mundo del año 2025 se está reconfigurando profundamente, todo lo que conocimos del orden geopolítico del siglo pasado está desapareciendo, sobre todo aquello que quedaba después de la caída del muro de Berlín. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos el cambio se acelera de manera vertiginosa, y apenas estamos viviendo sus primeros efectos. Por ahora es difícil dimensionar el impacto de esta nueva agenda, económica, política y cultural; sobre todo, porque hay jugadores poderosos en contra de la visión del mandatario estadounidense.

Así cómo en los años 80, Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Juan Pablo II remaron en aguas turbulentas, cada quien, con sus propios intereses, pero en la misma dirección, para contribuir al desplome de la Unión Soviética, ahora hay nuevos actores que se enfrentan en la arena mundial. Los principales combatientes son Vladimir Putin de Rusia, Xi Jinping de China y Donald Trump de Estados Unidos. Cada uno tiene una visión sobre cómo debe quedar configurado el mundo del siglo XXI. 

Mientras tanto, otros jugadores emergentes como la Unión Europea se van desvaneciendo, pues ni Londres, ni Berlín, y mucho menos París, cuentan con la fuerza para alcanzar un liderazgo en la disputa por la hegemonía global. 

Otro jugador global, que se había mantenido a lo largo de los siglos como una voz moral entre las disputas de las naciones, se ha extraviado en lo que han llamado su “camino sinodal”. El papa Francisco no tuvo la visión de diseñar una estrategia para mantener el mensaje moral de su iglesia; como la tuvo Juan Pablo II, y se ha perdido en las contradicciones de un pontificado que será recordado como el “pontificado de la ambigüedad”, porque en su intento de complacer al mundo, perdió liderazgo global, incluso entre muchos de los seguidores de esa institución que tiene su propio territorio – Estado y cuenta con embajadores en todo el mundo.

Así que, con esa reconfiguración de fuerzas mundiales, irrumpe Donald Trump con una agenda muy precisa, y que buena parte de los comentaristas y periodistas ignoran, desconocen las estrategias diseñadas por un nuevo grupo que le ha quitado el poder a los demócratas.

La agenda 2025 o “el Proyecto 2025” es una ruta de navegación, diseñado e impulsado por más de 100 organizaciones del movimiento conservador en Estados Unidos, encabezados por la Fundación Heritage. La agenda fue publicada como un libro en abril de 2023, y en su elaboración participaron más de 400 académicos y expertos en políticas públicas del país estadounidense. 

Entre muchos de los puntos que aborda se encuentra el de asegurar la frontera, aumentar la supervisión del FBI y el Departamento de Justicia y liberar la producción energética estadounidense para reducir los precios de la energía, entre muchas cosas. Y aunque es verdad que Donald Trump asegura que no tiene nada que ver con el documento conservador, muchos de sus posicionamientos son semejantes a la ruta marcada en el libro.

En la política exterior es evidente que Trump intenta mantener a Estados Unidos como potencia dominante en el planeta, y está enfocado en frenar a la potencia emergente llamada China, que viene creciendo de manera exponencial, dominando buena parte del comercio mundial, y cuyo objetivo es quitarle el liderazgo global a EU.

Estados Unidos es hasta ahora la primera economía del mundo, seguida, de lejos, por China como puede verse en el ranking de PIB. Estados Unidos es el número uno con un PIB de 27.741,12 (más de 27 trillones de dólares). En segundo lugar, está china con 20.881,37 (más de 20 trillones de dólares). Y en tercer lugar Japón, muy lejos, con 4.526,48 (más de 4 trillones). 

Pero en gasto militar es Rusia la que aparece en tercer lugar. Las cifras en este rubro bélico son:

  • EU $ 761 681 000 000 (Setecientos sesenta y un mil seiscientos ochenta y un millones de dólares). 
  • China: $230 000 000 000 (Doscientos treinta mil millones de dólares).
  • Rusia: $ 82 600 000 000 (Ochenta y dos mil seiscientos millones de dólares).

La agenda global de Trump es romper la alianza Ruso – China que ha venido creciendo en los últimos años. De ahí que pocos entienden el acercamiento del nuevo gobierno de Estados Unidos a Rusia. (por cierto, no sería la primera vez, ya en la segunda guerra mundial EU apoyó a Rusia en su lucha contra los nazis). En octubre de 2024, Donald Trump en una entrevista con Tucker Carlson afirmó: “Lo único que nunca queremos que suceda es que Rusia y China se unan. Voy a tener que desunirlas y creo que puedo hacerlo”.

En un estupendo artículo de Jacques Rogozinski, publicado en El Financiero, el economista dice: “La raíz del problema es evidente, mientras EU apostó por el libre comercio y permitió que su industria naval se debilitara en pos de la eficiencia económica, China adoptó una estrategia proteccionista e invirtió agresivamente en su manufactura nacional. Como resultado, EU se encuentra ahora en una posición riesgosa, dependiendo de otros países incluso para fabricar componentes esenciales para su flota”. 

Este es el centro de la batalla para reconfigurar al mundo, que no tiene nada que ver con lo que personajes muy poderosos habían diseñado para llegar a un “nuevo orden mundial”, expresados en el Plan – 2030 de la ONU y que por ahora han sido frenados. 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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