Con los honores debidos a un funeral de estado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, recordó la muerte de Cuauhtémoc acaecida hace medio milenio, allá por el Carnaval de 1525.
Y se volvió a insistir en lo mismo: Que aquello fue uno de los muchos crímenes por los que España debe pedir perdón.
Como en los viejos tiempos de la Historia Oficial en que se presentaba a España como prototipo de la crueldad y a Hernán Cortés como el más desalmado de los asesinos.
Afortunadamente, con el paso del tiempo y gracias a verdaderos historiadores que se han dedicado a estudiar el pasado con auténtico rigor científico, se ha venido demostrando que la Historia Oficial es más falsa que un billete de veintitrés pesos o –como dicen en España-“más falsa que un duro de madera”
Dos actos de barbarie se le achacan a Cortés: La matanza de Cholula y la ejecución de Cuauhtémoc.
Respecto a la matanza de Cholula, documentos históricos han demostrado que los cholutecas planeaban asesinar a Cortés y seguidores que tenían hospedados en sus palacios.
Cortés se enteró a tiempo y logró evitar un baño de sangre. Lástima que las víctimas hayan sido quienes pretendían ser verdugos traicioneros.
En lo referente a la ejecución de Cuauhtémoc sucedió algo parecido: Cortés se hallaba explorando la región de las Hibueras en Centroamérica, rodeado de selva y sin ningún contacto con la civilización.
Y al igual que había ocurrido en Cholula, Cortés se enteró de que Cuauhtémoc y un pequeño grupo de leales planeaban asesinarlo.
Hay que ponerse en los zapatos de Cortés para mejor comprender la decisión que tomó. Al verse en medio de la selva y con enemigos tan cercanos, el Conquistador decidió cortar por lo sano y fue así que decidió ejecutar a Cuauhtémoc y a otro cacique. Un acto de legítima defensa.
¿Debe pedir perdón el rey Felipe VI de España por algo ocurrido hace medio milenio y que ninguna culpa tuvieron los monarcas de aquella época?
Aquí lo grave es que la gente no lee ni hace el más mínimo esfuerzo por superarse.
El hombre común se limita a leer folletos insulsos que nada aportan y a dejarse impresionar por slogans.
Ante dicha circunstancia, es muy fácil que el común de la gente trague ruedas de molino y se deje contaminar por los viejos y erróneos dogmas de la Historia Oficial.
La gente no lee, solamente se deja impresionar por grandes espectáculos.
Por esa razón, porque la gente prefiere los espectáculos a la lectura, es que llega en un momento muy oportuno el musical “Malinche” que tantos éxitos le dio a Nacho Cano en España.
Un espectáculo que se estrenará en la Ciudad de México el próximo 27 de marzo en el “Frontón México”
“Malinche” es una obra espectacular en la cual Nacho Cano toma como gran protagonista a la intérprete y amante de Cortés para presentar con plena objetividad la verdad histórica.
Ya que el gran público prefiere los espectáculos a la lectura, Nacho Cano le ofrece la oportunidad de que el común de la gente tenga acceso de un modo plástico y convincente a lo que ocurrió durante la Conquista de México.
Después de quinientos años de haber sido desterrada de nuestra historia porque se le consideró traidora, la Malinche regresa para contarnos que fue lo que ocurrió en realidad.
Ninguna duda tenemos que Hernán Cortés es el auténtico creador de la nacionalidad mexicana.
Una nacionalidad que es mestiza debido a que Cortés y doña Marina supieron unir sus sangres para dar vida a un pueblo pujante que supo heredar las mejores virtudes de ambos ancestros.
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